El presidente de Colombia, Gustavo Petro Urrego, lanzó un fuerte alegato contra el orden internacional durante su intervención en la Asamblea General de la ONU, calificando la situación actual como una “barbarie global” y alertando que la humanidad se encuentra a tan solo una década del colapso climático.

Uno de los momentos más tensos de su discurso llegó con una frase lapidaria dirigida a las potencias mundiales: “Es bestia quien esclaviza, pone cadenas a migrantes y lanza misiles sobre jóvenes”. Petro denunció la instrumentalización de la migración con fines políticos y la comparó con los campos de concentración de la Alemania nazi, al tiempo que acusó a ciertos gobiernos de ser cómplices de genocidios en Gaza y de ataques en el Caribe.

El mandatario colombiano también cuestionó la dependencia mundial del petróleo y el carbón, señalando que “la codicia es el veneno de la vida”. Propuso que América Latina lidere la transición energética, asegurando que la región podría producir suficiente energía limpia para descarbonizar la matriz de Estados Unidos, con una inversión estimada de 600.000 millones de dólares. Asimismo, exigió la condonación de la deuda externa de los países pobres, sugiriendo que esos recursos se redirijan a la mitigación climática.

En cuanto a la lucha antidrogas, Petro defendió sus resultados: la incautación “más alta de cocaína en la historia del mundo” y la reducción del crecimiento de cultivos de coca sin recurrir a la fumigación forzada. Afirmó que la guerra contra las drogas es un fracaso y un mecanismo de dominación, criticando además la complicidad de políticos estadounidenses con mafias colombianas.

El discurso concluyó con un llamado a la ONU a transformarse en una “alianza de pueblos y culturas”, y con un mensaje cargado de simbolismo bolivariano: “Es la hora de la espada de la libertad o muerte de Bolívar”. En ese marco, instó a conformar un ejército internacional de naciones para liberar a Palestina.