El gobernador de Illinois, J.B. Pritzker, arremetió contra las acciones federales en Chicago, asegurando que los operativos recientes no se enfocan en criminales violentos, sino en trabajadores comunes. “No están atacando a pandillas ni a delincuentes, están arrestando a vendedores de tamales y repartidores”, afirmó durante una conferencia de prensa en el centro de la ciudad, acompañado por el alcalde Brandon Johnson, el fiscal general Kwame Raoul y líderes comunitarios.
Pritzker rechazó de manera categórica el despliegue de unos 100 miembros de la Guardia Nacional solicitado por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) al Pentágono, calificándolo como “un pretexto para militarizar nuestras ciudades”. Según el mandatario, los recorridos de agentes federales por zonas turísticas como la Magnificent Mile, el Riverwalk y el barrio Gold Coast han generado temor entre residentes y visitantes, además de provocar arrestos de migrantes que, según denunció, son trabajadores y no delincuentes violentos.
Illinois se sumó tras la conferencia a una demanda contra la reasignación de más de 100 millones de dólares en fondos federales destinados a seguridad pública y desastres, retenidos por la administración federal. El gobernador advirtió que la presencia de “matones con botas militares” no fortalece la seguridad, sino que debilita la confianza ciudadana y afecta directamente a los negocios locales.
“Esto es un ataque a la Constitución. Nuestras familias viven con miedo, padres que dudan en enviar a sus hijos a la escuela y estudiantes que temen regresar y no encontrar a sus padres”, sentenció Pritzker, quien pidió la salida inmediata de ICE de Chicago.