Santo Domingo.—El Metro de Santo Domingo cumple 15 años como columna vertebral del transporte masivo en la capital, transportando diariamente más de 360,000 pasajeros y superando los 100 millones de viajes en 2023. Sin embargo, el crecimiento acelerado del parque vehicular plantea un desafío mayúsculo: solo entre 2023 y 2024 ingresaron al país más de 730,000 vehículos nuevos, la mayoría motocicletas, concentrándose más del 60% en el Gran Santo Domingo.
A pesar de los avances en infraestructura y la expansión de nuevas líneas, los expertos advierten que el metro por sí solo no puede solucionar el caos vial. La investigación presentada por la periodista Yulisa Céspedes destaca la necesidad de integrar el sistema con teleféricos, tranvías y trenes regionales, además de ampliar la capacidad de los trenes de tres a seis vagones.
El contraste también se refleja en los costos: mientras la línea 2B inaugurada en 2018 costó más de 200 millones de dólares por kilómetro, la línea 2C hacia Los Alcarrizos se ejecuta a un promedio de 75 millones, gracias a un manejo más eficiente del presupuesto. Con casi 400,000 vehículos nuevos ingresando cada año, la gran pregunta persiste: ¿podrá el Metro de Santo Domingo ganar la batalla contra el tránsito y convertirse en la solución definitiva al caos vial de la capital?
Los ciudadanos coinciden en que, aunque el metro ha mejorado la movilidad en la capital, sigue siendo insuficiente frente al crecimiento constante del parque vehicular. Muchos conductores se ven obligados a combinar transporte público y privado, aumentando los tiempos de traslado y la congestión en las principales avenidas. La saturación vial afecta incluso la eficiencia del propio sistema de transporte masivo, generando retrasos en horarios punta.
Por su parte, las autoridades de la Oficina para el Reordenamiento del Transporte (OPRET) aseguran que la expansión del metro es solo una parte de un plan integral de movilidad urbana. Este incluye la implementación de rutas alimentadoras, la optimización del transporte interurbano y la promoción del uso de vehículos eléctricos para reducir la contaminación y mejorar la calidad de vida en la ciudad.
Expertos en movilidad urbana advierten que, si no se controla el ritmo de crecimiento del parque automotor y no se fomenta la cultura del transporte masivo, cualquier esfuerzo de ampliación del metro podría quedar limitado. En ese sentido, la combinación de políticas públicas, educación vial y desarrollo de infraestructura es clave para que Santo Domingo pueda aspirar a un tránsito más ordenado y eficiente en los próximos años.