Washington D.C. – La tensión política en la capital estadounidense se intensifica tras el sorpresivo despido de la jefa de la Oficina de Estadísticas Laborales, una decisión sin precedentes en décadas. El presidente Donald Trump defendió su acción afirmando que la funcionaria manipulaba cifras de empleo para dañar su imagen, tildando los datos como “amañados”, al igual que las elecciones pasadas.
En medio de las críticas, Trump recurrió a su red Truth Social para anunciar que nombrará un reemplazo “excepcional”. Sin embargo, legisladores demócratas advirtieron que los datos laborales no dependen de una sola persona y acusaron al mandatario de arremeter nuevamente contra el mensajero en vez de afrontar la realidad económica.
Pero la controversia no terminó ahí. También arremetió contra el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, por no acelerar las confirmaciones de funcionarios clave. “Vete al infierno”, escribió el presidente en su plataforma, luego de que el Senado decidiera irse de receso sin atender las nominaciones pendientes.