El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció hoy una medida inédita al tomar el control federal de la Policía Metropolitana de Washington D.C. y ordenar el despliegue de hasta 800 efectivos de la Guardia Nacional en la capital. Según el mandatario, esta intervención busca enfrentar la ola de crimen y la creciente presencia de personas sin hogar que afectan la ciudad.
Trump calificó la acción como un “Día de la Liberación” para Washington, pese a que las cifras oficiales muestran una caída del 26% en la criminalidad violenta respecto al año anterior. El presidente acusó que esos datos son manipulados para ocultar la verdadera crisis.
Además, criticó las políticas de “fianza sin efectivo” y las supuestas concesiones en la justicia juvenil, anunciando su intención de desmantelar campamentos de indigentes y “barrios marginales” para restaurar el orden en la capital.
La medida de Trump ha generado reacciones mixtas entre políticos y residentes locales. Mientras algunos apoyan el enfoque firme contra el crimen y la “restauración del orden”, otros denuncian que la intervención federal podría aumentar la tensión y afectar los derechos civiles de los habitantes de Washington D.C. Líderes locales han pedido diálogo y soluciones integrales que no se limiten al uso de la fuerza.
Expertos en seguridad señalan que, aunque la disminución en los índices de criminalidad es un dato positivo, la ciudad enfrenta desafíos persistentes como el aumento de delitos menores y la crisis de personas sin hogar. La presencia militar en las calles podría tener un impacto inmediato, pero advierten que la solución requiere políticas sociales y de vivienda a largo plazo.
Por su parte, la Guardia Nacional ha comenzado a patrullar las zonas más conflictivas de la ciudad, en coordinación con las autoridades locales. Trump ha enfatizado que esta operación es solo el inicio de un plan más amplio para recuperar “la seguridad y la dignidad” de Washington D.C., y que no dudará en extender estas acciones a otras ciudades si es necesario.