En Villa Vásquez, los residentes de la comunidad Buen Hombre denunciaron que la escuela local llevaba 12 años en condiciones precarias sin recibir atención de las autoridades educativas. Lo que debía ser la celebración del 12.º aniversario del centro se ha transformado en un nuevo reclamo público, evidenciando el abandono prolongado que ha afectado la infraestructura y la calidad de la educación en el plantel. Anteriormente, los docentes se habían visto obligados a trasladar las clases al centro comunal y a la iglesia adventista debido al deterioro, aunque luego debieron regresar al recinto escolar.
Ante la falta de soluciones, los miembros de la comunidad han iniciado la demolición del centro educativo, compartiendo videos que muestran el proceso y reflejan su frustración por la inacción de las autoridades. Esta acción evidencia la desesperación de los residentes por la prolongada negligencia y la necesidad de que se tomen medidas urgentes para garantizar un espacio seguro y digno para los estudiantes.
La comunidad de Buen Hombre ha solicitado públicamente la intervención del Ministerio de Educación, exigiendo una respuesta inmediata que garantice la reconstrucción o reparación de la escuela. Padres, docentes y líderes comunitarios coincidieron en que la educación de los niños no puede seguir siendo postergada, y que la falta de infraestructura adecuada afecta directamente el aprendizaje y la seguridad de los estudiantes.
Organizaciones locales y medios de comunicación han dado cobertura a la situación, destacando la protesta como un llamado de atención sobre la urgencia de invertir en educación en zonas rurales y marginadas. Expertos en educación señalan que casos como este reflejan la desigualdad en la distribución de recursos y la necesidad de políticas sostenibles que aseguren escuelas dignas para todas las comunidades.
Mientras tanto, los estudiantes continúan recibiendo clases en espacios improvisados, lo que ha generado preocupación entre padres y docentes por la calidad educativa y la continuidad de los programas académicos. La comunidad espera que la visibilidad del caso genere presión suficiente para que las autoridades actúen con rapidez y se garantice un centro educativo seguro, funcional y moderno para las próximas generaciones.