La Policía Nacional informó este miércoles la reaprehensión de Jeison Alexis Moreno, alias “Copita”, de 42 años, quien se había fugado cuando era trasladado a cumplir una condena de 30 años de prisión por homicidio agravado de tres personas en Azua. Su captura se produjo en la capital durante un operativo encabezado por el Departamento de Búsqueda y Captura de Prófugos, según detalló el vocero de la institución, coronel Diego Pesqueira.
En la intervención, a Moreno se le ocupó un pasaporte venezolano con identidad falsa, lo que refuerza la tesis de que contaba con apoyo externo para mantenerse oculto. Las investigaciones han revelado la existencia de una asociación de malhechores que habría facilitado su escape y posterior encubrimiento. Hasta el momento, cinco personas han sido detenidas, entre ellas su pareja sentimental, señalada como administradora de una empresa de viajes que le brindaba apoyo logístico.
De acuerdo con la Policía, la red utilizó vehículos de lujo, apartamentos y hasta una habitación en un hotel de la capital para proteger al fugitivo. Pesqueira adelantó que se profundizan las pesquisas y no se descarta que en las próximas horas se produzcan más arrestos. Asimismo, confirmó que están bajo investigación los agentes responsables de su custodia en el momento de la fuga, debido a sospechas de complicidad.
El vocero precisó que Moreno será trasladado a una cárcel de máxima seguridad mientras se decide el nuevo proceso judicial que enfrentará por su escape. Recordó que “Copita” fue condenado el 24 de noviembre de 2020 por el homicidio de tres personas en Azua, entre ellas la pareja compuesta por Virgen Ramírez, de 38 años, y Tony Encarnación, cuyos cuerpos fueron hallados frente a su residencia en el distrito municipal Los Jovillos.
El hoy reapresado ya había sido capturado en 2024 por miembros del Dicrim, cuando intentó salir del país a través del Aeropuerto Internacional de Las Américas en cumplimiento de tres órdenes judiciales en su contra. La Policía aseguró que este caso se mantendrá bajo estricto seguimiento, dado el peligro que representa el condenado y la complejidad de la red criminal que lo respaldaba.