El Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y la Fuerza del Pueblo (FP) aseguraron que no tienen intención de formar una alianza política de cara a los próximos comicios, aunque reconocen la importancia de la unidad de la oposición. Carlos Amarante Baret, exministro de Educación, señaló que quienes se opongan a la unión de los sectores opositores “pagarán las consecuencias en las urnas”, pero advirtió que aún no es el momento para concretar acuerdos.

Ambas organizaciones consideran prioritario fortalecer sus estructuras internas y reorganizar sus bases electorales antes de pensar en alianzas. “Estamos en un proceso de organización de nuestras estructuras alrededor de los recintos de votación”, indicó un dirigente del PLD, destacando la necesidad de consolidar la recomposición partidaria antes de proyectar acuerdos estratégicos.

Politólogos advierten que una unión apresurada podría fracasar si no se resuelven los conflictos que motivaron la separación de ambas fuerzas en el pasado. Aunque ambos partidos fueron aliados en elecciones municipales anteriores, actualmente insisten en que cada partido debe trabajar de manera independiente, preparando el terreno para futuras negociaciones en un momento más adecuado.

Amarante Baret enfatizó que, aunque la alianza no sea inmediata, el diálogo entre los líderes de la oposición debe mantenerse para construir consensos de cara al futuro. Señaló que el objetivo común es “recuperar el país” y que cualquier estrategia conjunta deberá basarse en acuerdos sólidos y en la resolución de diferencias internas entre los partidos.

Líderes de la Fuerza del Pueblo coincidieron en que, mientras se fortalece la estructura interna de cada partido, es fundamental trabajar en la capacitación de los militantes y en la organización de los recintos electorales. Esto, aseguraron, permitirá una participación más activa y efectiva de los ciudadanos en los próximos comicios.

En el plano político, analistas destacan que mantener independientes a ambos partidos podría beneficiar su consolidación y darles mayor libertad para negociar alianzas más estratégicas en el futuro. Mientras tanto, los militantes y simpatizantes esperan que las dirigencias mantengan la coordinación necesaria para enfrentar al partido de gobierno de manera eficaz, sin comprometer la autonomía de cada organización.