La persistente humareda que emana de los vertederos de Jarabacoa y Sosúa ha generado gran preocupación y malestar entre los residentes, debido a los constantes incendios que afectan estas instalaciones. Durante varios días, los esfuerzos por controlar las llamas han sido insuficientes, elevando los riesgos para la salud y el medio ambiente.
El alcalde de Jarabacoa, José Abreu, informó que el municipio se encuentra en estado de emergencia sanitaria, ya que aproximadamente nueve kilómetros del vertedero están comprometidos. “Estamos de emergencia en el sentido de que de ninguna manera el Ayuntamiento podrá sofocar ese incendio”, declaró, señalando que bomberos locales y de comunidades cercanas han trabajado sin descanso para contener la situación.
Abreu aseguró que la solución definitiva sería la construcción de una estación de transferencia de desechos sólidos que permita un manejo más seguro de la basura y evite futuros incendios. Mientras tanto, la inversión municipal para contener los siniestros resulta insuficiente frente a la magnitud del problema.
Los vecinos y autoridades locales hacen un llamado al Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales para que intervenga de manera urgente y adopte medidas preventivas que eviten que la crisis se repita, protegiendo la salud y el bienestar de las comunidades afectadas.
¿Cuáles son los riesgos de los vertederos?
Los vertederos de Jarabacoa y Sosúa representan un riesgo significativo para la salud pública y el medio ambiente debido a la acumulación descontrolada de residuos sólidos. La falta de manejo adecuado de estos desechos genera la proliferación de roedores, mosquitos y otros vectores que pueden transmitir enfermedades como dengue, leptospirosis, zika y cólera.
Además, la descomposición de la basura produce malos olores y emisiones de gases contaminantes, afectando la calidad del aire y la salud respiratoria de las comunidades cercanas.
Otro peligro asociado a estos vertederos es la contaminación de suelos y fuentes de agua. Los lixiviados, líquidos que se filtran de los desechos en descomposición, pueden infiltrarse en ríos y acuíferos, comprometiendo el suministro de agua potable y afectando la flora y fauna local. La acumulación de residuos también aumenta el riesgo de incendios espontáneos y deslizamientos de tierra, especialmente en zonas de relieve irregular como Jarabacoa y Sosúa, poniendo en peligro a las familias que viven en sus alrededores.