El Ministerio de Obras Públicas anunció que el puente flotante sobre el río Sama será cerrado al tránsito vehicular durante cinco días, desde este sábado a las 12:00 del mediodía hasta el próximo miércoles. La institución explicó que la medida forma parte de un plan de mantenimiento preventivo de infraestructuras viales, coordinado junto al Intrant, la Digesett, la Alcaldía del Distrito Nacional y el Ayuntamiento de Santo Domingo Este, con el fin de mitigar el impacto en la movilidad.

En otro orden, el sector construcción enfrenta un momento crítico, según advirtió la presidenta de la Asociación de Constructores y Promotores de Viviendas (Acoprovi), Angry Meléndez. La dirigente señaló que las altas tasas de interés, la inflación, la lentitud en la permisología y la escasez de mano de obra calificada han frenado el desarrollo de proyectos. Además, recordó que, de acuerdo con cifras recientes del Banco Central, el crecimiento económico ha mostrado un comportamiento negativo en los últimos dos años, lo que agrava el panorama para la industria.

Meléndez subrayó que es urgente implementar medidas que reactiven el sector y faciliten la inversión, advirtiendo que, de no tomarse acciones, muchas obras podrían quedar paralizadas en los próximos meses.

La representante de Acoprovi indicó que uno de los mayores retos actuales es la incertidumbre para los inversionistas, quienes, ante las condiciones adversas, optan por retrasar o cancelar proyectos. Esta situación, dijo, no solo afecta a las empresas constructoras, sino también a cientos de suplidores y trabajadores que dependen directamente de la actividad inmobiliaria.

Asimismo, Meléndez destacó que la permisología continúa siendo un obstáculo recurrente, ya que los procesos para obtener licencias y aprobaciones pueden tardar meses, encareciendo los costos y provocando que las obras se detengan o no arranquen a tiempo. “La burocracia nos está ahogando”, afirmó, insistiendo en que se deben agilizar los trámites para dinamizar el sector.

Por su parte, ingenieros y promotores han advertido que la caída en la construcción tiene un efecto dominó en otras áreas de la economía, como el comercio de materiales, el transporte y la generación de empleos temporales. De mantenerse la tendencia negativa, prevén una disminución significativa en la oferta de viviendas y un encarecimiento de los precios para los compradores.