CIUDAD DE MÉXICO.– El gobierno mexicano reiteró su rechazo a la presencia de tropas de Estados Unidos en su territorio para enfrentar a los grupos narcotraficantes. Esta postura quedó clara tras la publicación de un artículo del New York Times que reveló que el expresidente Donald Trump ordenó al ejército estadounidense perseguir a los cárteles de droga en México.
Autoridades mexicanas confirmaron que, aunque se mantiene la cooperación bilateral en la lucha contra el narcotráfico, no está permitida ni se contempla una invasión militar estadounidense en suelo mexicano. El presidente Trump afirmó públicamente que no habrá incursiones militares, y que la protección del país corresponde a México.
Por su parte, expertos y legisladores de ambos países coinciden en que el combate contra los cárteles es un desafío complejo que requiere coordinación conjunta, y no acciones unilaterales. La estrategia estadounidense ha incluido la designación de los cárteles como organizaciones terroristas para aplicar sanciones financieras y legales, pero sin planes de intervención directa dentro de México.
Además, el gobierno mexicano subrayó que cualquier acción contra el narcotráfico debe respetar la soberanía nacional y ser producto de acuerdos bilaterales, evitando medidas unilaterales que puedan afectar la relación diplomática entre ambos países. Esta posición ha sido constante durante los últimos años, reforzando la idea de que México debe liderar sus propias estrategias de seguridad interna.
En este contexto, las autoridades mexicanas continúan fortaleciendo sus operativos y políticas para combatir a las organizaciones criminales desde dentro del país, mientras mantienen la colaboración con Estados Unidos en inteligencia y control fronterizo. Ambas naciones reconocen que la lucha contra el narcotráfico es un problema regional que requiere esfuerzos coordinados y respetuosos.
Finalmente, la designación de cárteles como organizaciones terroristas busca limitar sus recursos financieros y aislarlos del sistema internacional, sin que esto implique la entrada de tropas extranjeras en territorio mexicano. Así, México reafirma su compromiso con la soberanía y el control de su seguridad, mientras sigue trabajando en conjunto con sus vecinos para reducir el impacto del crimen organizado.