Un grupo de aproximadamente 50 asambleístas demócratas de Texas mantiene paralizado el Capitolio estatal al negarse a regresar para la votación sobre la reconfiguración de los distritos electorales, una maniobra clave que beneficiaría al partido del presidente Donald Trump, buscando así aumentar su control político tanto en Texas como en Washington.

A pesar de enfrentar amenazas, multas e incluso el riesgo de arresto, estos legisladores mantienen firme su postura y aseguran que esta lucha va más allá de los intereses locales, representando una defensa por la democracia y la voz de comunidades como la latina, a la que consideran ignorada en este proceso.

“Vamos a seguir y no me importa el precio que tengamos que pagar, personalmente o si nos quieren arrestar, porque esto es algo grave”, declaró uno de los legisladores en una entrevista, resaltando el compromiso del grupo con su causa.

Mientras tanto, gobernadores demócratas en estados como California y Nueva York han expresado su apoyo a esta estrategia y han anunciado planes similares para proteger la representación de su partido en futuras elecciones.

Este bloqueo en Texas representa un nuevo capítulo en la lucha política por el control de los distritos electorales, un tema que seguirá siendo decisivo para el equilibrio de poder en Estados Unidos.

El presidente Donald Trump y sus aliados han defendido el rediseño de los distritos electorales en Texas, argumentando que es un proceso legítimo que busca reflejar los cambios demográficos y garantizar una representación adecuada. Sin embargo, los demócratas acusan que se trata de un intento de manipulación para disminuir el poder de voto de las minorías, especialmente la comunidad latina.

La tensión ha escalado en las últimas semanas, con llamados de ambos lados a la movilización ciudadana y la atención nacional sobre el futuro político de Texas, un estado clave en las elecciones presidenciales y legislativas. La negativa de los legisladores demócratas a regresar ha puesto en pausa la agenda legislativa y generado un intenso debate sobre la democracia y la justicia electoral.

Analistas políticos señalan que esta estrategia de “walkout” o ausencia masiva puede ser un arma de doble filo, ya que aunque presiona a los republicanos, también puede polarizar aún más a la población y complicar las negociaciones políticas a corto plazo. No obstante, para los demócratas en Texas, esta resistencia es una batalla esencial para preservar sus derechos electorales y la representación justa.