Una hondureña por falta de atención médica y temor a deportación la llevan a renunciar al sueño americano

Tras cinco años viviendo indocumentada en Estados Unidos, la hondureña Karen Flores Granados decidió regresar a su país junto a sus dos hijos, de 8 y 13 años, luego de recibir un diagnóstico de cáncer de tiroides que, según los médicos, se ha extendido a otras partes de su cuerpo.

La falta de acceso a tratamiento médico, la pérdida de su seguro y el miedo constante a ser detenida por las autoridades migratorias fueron las razones que la llevaron a renunciar al “sueño americano” que buscó en 2020, cuando llegó durante la pandemia con la esperanza de alejar a sus hijos de la violencia en Honduras.

Flores Granados, de 34 años, relató que las frecuentes visitas a urgencias y el avance de su enfermedad le impidieron trabajar, agravando su situación económica y emocional. “Vine para salvar a mis hijos, pero la vida tenía otro plan”, expresó entre lágrimas.

Actualmente, recibe apoyo en el santuario Unidos Dando Esperanza, en Waukegan, donde la pastora Julie Contreras explicó que su iglesia asiste a madres en circunstancias similares, explorando opciones legales y, cuando no hay alternativas, facilitando un retorno digno a su país de origen.