A pocas semanas del inicio del nuevo año escolar, decenas de padres han comenzado a llenar las tiendas de la avenida Duarte en busca de útiles escolares, uniformes y cuadernos. La afluencia ha sido notoria desde temprano, con familias tratando de adelantarse a la fecha del 25 de agosto, cuando los estudiantes regresan a las aulas.

María de Jesús, madre de dos niños, aseguró que ha optado por comprar al paso debido a las limitaciones económicas: “A veces uno quiere resolver todo de una vez, pero el dinero no alcanza. Por eso vamos comprando poco a poco para que no nos coja de sorpresa.”

En tanto, los propietarios de librerías en el Paseo de la Lectura esperan un repunte en las ventas de libros, aunque reconocen que el movimiento aún es lento. “Sabemos que hay crisis, pero los útiles escolares son como una receta médica: hay que comprarlos sí o sí”, expresó uno de los libreros, quien invitó a las familias a aprovechar las opciones de libros nuevos y usados disponibles en su local.

Aunque la situación económica representa un reto, el espíritu de preparación y responsabilidad escolar se mantiene presente entre los padres dominicanos.

La mayoría de los padres consultados coincidieron en que hacer las compras con antelación les permite comparar precios y evitar el caos de último minuto. Además, resaltaron que muchos comercios están ofreciendo ofertas y paquetes escolares, lo que facilita un poco la carga económica de las familias. “Hay tiendas que están ayudando con descuentos, y eso nos da un respiro”, comentó otra madre mientras revisaba una lista de útiles.

Por su parte, los vendedores de útiles escolares afirmaron que aunque las ventas comenzaron lentamente, en los últimos días han notado un aumento significativo en la demanda. Atribuyen este repunte a la cercanía del inicio del calendario escolar y al esfuerzo de los padres por cumplir con sus responsabilidades educativas, a pesar de la situación económica. “Ya en esta semana hemos visto más movimiento, y esperamos que aumente aún más la próxima”, dijo un comerciante.

Muchos también aprovechan esta temporada para intercambiar libros usados en buen estado, como parte de una cultura de ahorro que ha cobrado fuerza en los últimos años. Libreros y padres coinciden en que estas prácticas no solo alivian el gasto, sino que también promueven la solidaridad entre las familias. La expectativa general es que, con esfuerzo y planificación, los estudiantes puedan iniciar el año escolar con todo lo necesario.