El gobierno de Estados Unidos elevó a millones de dólares la recompensa por información que conduzca a la captura de Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, en un anuncio que ha generado fuertes reacciones desde Caracas.
La secretaria de Justicia estadounidense calificó a Maduro como uno de los mayores narcotraficantes del mundo y una amenaza directa para la seguridad nacional de EE.UU. Según Panam Bondi, portavoz del Departamento de Justicia, Maduro utiliza organizaciones criminales extranjeras como el Cártel de Sinaloa y el Cártel del Sol para introducir drogas letales y generar violencia en territorio estadounidense.
Por esta razón, el gobierno estadounidense decidió duplicar la recompensa por información que lleve a su arresto.
En el pasado, Nicolás Maduro se reunió en Caracas con Richard Grenell, enviado especial del gobierno de Donald Trump, lo que ha generado controversia en relación con las negociaciones y la imagen política del régimen venezolano.
El anuncio de esta recompensa se suma a la presión internacional para combatir el narcotráfico y la criminalidad vinculada al gobierno venezolano.
La administración estadounidense sostiene que Maduro ha consolidado alianzas con cárteles mexicanos para facilitar el tránsito de drogas hacia Estados Unidos, aprovechando la red de corrupción y control que mantiene en Venezuela. Estas acusaciones buscan desmantelar la estructura criminal que, según Washington, representa un riesgo creciente para la región y la seguridad global.
Desde Caracas, el régimen de Maduro rechazó las acusaciones y calificó la medida como una “campaña política y mediática” destinada a desestabilizar al país sudamericano. Funcionarios venezolanos denunciaron que esta acción refleja la intención de Estados Unidos de intervenir en sus asuntos internos bajo el pretexto del combate al narcotráfico.
Organizaciones internacionales y expertos en seguridad han señalado que esta medida podría intensificar la presión diplomática sobre Venezuela, además de complicar aún más las negociaciones entre el gobierno de Maduro y la comunidad internacional, en un contexto ya marcado por sanciones económicas y aislamiento político.