Un reciente estudio realizado por una universidad estadounidense en colaboración con la agencia AP reveló que más del 50% de los ciudadanos en Estados Unidos se sienten preocupados y estresados por el alto costo de los víveres. La inflación en productos básicos continúa golpeando los bolsillos, especialmente entre los jóvenes con ingresos limitados.

La investigación destaca que el aumento constante de los precios ha generado incertidumbre económica, sobre todo en hogares con familias numerosas, donde el impacto es más notorio. Muchos temen no llegar a fin de mes y reportan que sus hábitos de consumo han tenido que cambiar drásticamente.

Ante esta situación, los consumidores han buscado alternativas para enfrentar el gasto, como comprar en tiendas de segunda mano, aprovechar ofertas en línea, reciclar útiles escolares y ropa, e incluso recurrir a plataformas como Facebook Marketplace. Además, las tiendas de descuentos, tradicionalmente conocidas por vender productos a un dólar, también se han vuelto clave, aunque sus precios ya no son los mismos de antes.

El informe pone en evidencia la presión que sienten millones de familias estadounidenses frente a la inflación y cómo esta crisis ha forzado a la población a redefinir sus prioridades y hábitos de consumo.

El informe también señala que el estrés financiero no solo afecta la capacidad de compra, sino que está incidiendo en la salud mental de la población. Muchos estadounidenses reportan ansiedad constante por no saber cuánto aumentarán los precios en las próximas semanas, lo cual ha generado un ambiente de incertidumbre en todos los niveles sociales, pero especialmente entre los más jóvenes y quienes perciben ingresos bajos.

Expertos advierten que, si bien algunos productos han comenzado a estabilizar sus precios, la percepción de inseguridad económica sigue siendo alta debido al rezago en los salarios frente al incremento del costo de vida. Además, la falta de políticas claras para controlar la inflación en productos esenciales mantiene a muchas familias en estado de alerta.

Desde la Casa Blanca se han mencionado posibles medidas para aliviar la presión, incluyendo ajustes arancelarios y monitoreo de la cadena de suministro, aunque hasta el momento no se han anunciado acciones concretas. Mientras tanto, los ciudadanos continúan implementando estrategias creativas para ahorrar cada dólar, adaptándose a una economía que no da tregua.