SANTO DOMINGO.– La detención del periodista Edward Ramírez ha generado un intenso debate público sobre la eficacia y transparencia de los protocolos de la Policía Nacional en casos de personas reportadas como desaparecidas. Mientras Ramírez y la institución del orden ofrecen versiones distintas de lo ocurrido, crece la presión para que se esclarezcan los hechos.
Ramírez fue detenido por agentes policiales en el Centro Olímpico el pasado jueves alrededor de la medianoche, pero fue reportado como desaparecido horas después, sin que la propia institución identificara que estaba bajo su custodia. De forma paralela, la Dirección Central de Investigación Criminal (Dicrim) activó un operativo de búsqueda, desconociendo su paradero dentro del mismo sistema policial.
El comunicador denunció que fue tratado como un sospechoso de robo sin fundamento, a pesar de haberse identificado como periodista y mostrar credenciales, equipos de trabajo y documentos de cobertura oficial. “Fui privado de libertad por capricho de los agentes”, expresó Ramírez, asegurando que se sintió humillado y que los oficiales desestimaron su identidad incluso luego de ofrecer contactos que podían corroborarla.
Según la versión de la Policía Nacional, Ramírez fue detenido mientras salía de una zona oscura y boscosa junto a otros dos hombres, en condiciones que consideraron sospechosas. Alegan que todos los involucrados se mostraban sudorosos y alterados, por lo que fueron montados en un vehículo para su traslado al destacamento, conforme a los procedimientos preventivos establecidos.
La institución también informó que la actuación policial fue grabada por las cámaras corporales que portaban los agentes, lo que según ellos podría servir para esclarecer las circunstancias del arresto. Sin embargo, hasta el momento, el video no ha sido presentado al público ni a los medios.
Diversos sectores de la sociedad, incluyendo gremios periodísticos y activistas de derechos humanos, han exigido una investigación profunda del caso. Señalan que la incapacidad de identificar a una persona detenida, mientras se le busca como desaparecida, evidencia graves fallas en los sistemas de comunicación interna de la Policía Nacional.