Texas — El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, visitó este viernes la región del Hill Country, en Texas, escenario de una de las peores catástrofes naturales de los últimos años, luego de las inundaciones del 3 y 4 de julio que dejaron al menos 120 muertos y más de 160 desaparecidos.
Acompañado por la primera dama, Melania Trump, y el gobernador Greg Abbott, el mandatario se reunió con autoridades locales en el condado de Kerr, el más golpeado por el desastre, y expresó su “sorpresa” por el nivel de destrucción causado por las lluvias.
“Nunca había visto algo así. He visto muchos huracanes, tornados, pero esto es algo terrible”, afirmó Trump durante una mesa redonda con funcionarios y rescatistas. Sin embargo, el presidente evitó referirse a las fallas en el sistema de alertas tempranas y reaccionó con molestia cuando se le preguntó sobre la lentitud en la emisión de evacuaciones. “Creo que todos hicieron un trabajo increíble dadas las circunstancias. No sé quién eres, pero solo una persona muy malvada podría hacer una pregunta como esa”, respondió a un periodista.
Melania Trump, por su parte, ofreció condolencias a las familias afectadas, especialmente a las de las 27 niñas y jóvenes fallecidas en un campamento cristiano arrasado por las aguas. “Mientras estamos de luto por esta tragedia impensable, nos reconfortamos en saber que Dios les ha dado la bienvenida a estas pequeñas niñas hermosas”, expresó la primera dama.
Las lluvias torrenciales, que cayeron en plena celebración del Día de la Independencia, dejaron más de 30 centímetros de agua en una hora y provocaron el desbordamiento de ríos en seis condados del centro del estado. Kerrville, epicentro del desastre, registró al menos 96 muertes. Según el jefe de policía local, Jonathan Lamb, aún hay cinco niñas y un monitor desaparecidos del campamento afectado.
Las autoridades locales han sido duramente criticadas por no emitir alertas de evacuación a tiempo y por la falta de protocolos de comunicación en campamentos como el afectado. Expertos y residentes cuestionan si los recortes presupuestarios de la administración Trump al Servicio Meteorológico Nacional y a la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) influyeron en la capacidad de respuesta ante el desastre.
Por ahora, el enfoque sigue siendo el rescate y la reunificación de las familias, mientras crecen los llamados a una investigación profunda sobre lo ocurrido y la efectividad del sistema de alertas en situaciones de emergencia extrema.