Tras las devastadoras inundaciones que azotaron el centro y sur de Texas a principios de julio, las autoridades advierten sobre la posibilidad de nuevas precipitaciones intensas este fin de semana. La región de Texas Hill Country, conocida por su terreno accidentado y su alta vulnerabilidad a inundaciones repentinas, se encuentra nuevamente en alerta.

El 4 de julio, lluvias torrenciales provocaron un aumento repentino del nivel del río Guadalupe en Kerrville, Texas, que subió más de 30 pies en menos de cinco horas, alcanzando un caudal de 120,000 pies cúbicos por segundo. Este fenómeno resultó en una de las inundaciones más graves de la historia reciente, con al menos 110 personas fallecidas y más de 160 desaparecidas en el condado de Kerr.

Aunque las autoridades emitieron alertas de inundación con varias horas de antelación, la rapidez con la que se desarrolló el evento dejó poco margen para la evacuación y la respuesta efectiva .

Este fin de semana, se espera que nuevas tormentas afecten a áreas como el Panhandle, Big Bend y el norte de Texas, con riesgos de inundaciones repentinas, granizo y ráfagas de viento. El Centro de Predicción del Clima de la NOAA ha emitido una amenaza de inundación repentina de nivel 2 sobre 4 para gran parte del oeste y norte de Texas.

Las autoridades locales y estatales instan a la población a mantenerse informada a través de fuentes oficiales, evitar transitar por áreas inundadas y tener planes de evacuación listos. Además, se recomienda revisar las alertas meteorológicas y seguir las indicaciones de los servicios de emergencia para minimizar riesgos ante posibles nuevas inundaciones.