Will Chirinos, un venezolano que estuvo detenido por cuatro meses en la temida mega cárcel SECOT en El Salvador, conocida como la prisión del presidente Nayib Bukele, fue liberado y repatriado recientemente a su país natal. En un emotivo reencuentro con su familia en Valencia, estado Carabobo, Chirinos compartió testimonios escalofriantes sobre las condiciones que vivió durante su cautiverio.
El hombre narró haber sido testigo de brutales golpizas y abusos, incluyendo el momento en que un compañero fue golpeado hasta fracturarse la pierna. Relató que los presos eran hacinados en celdas con hasta diez personas, y que si alguno “se portaba mal”, castigaban a todos con violencia y gases lacrimógenos. Además, Chirinos pasó varios días en aislamiento en una celda conocida como “la isla”, donde las condiciones eran especialmente duras.
A pesar del sufrimiento, Will destacó la fortaleza que le dio la esperanza de volver a ver a su familia. “Cuando vi a mi mamá en el aeropuerto, el corazón se me puso chiquito, no aguantaba las ganas de llorar”, confesó. Después de cuatro años fuera de su hogar, tras una ardua travesía migratoria que incluyó Colombia, México y Estados Unidos, ahora espera reunirse con su esposa y reconstruir su vida en Venezuela.
Will Chirinos también denunció las condiciones inhumanas dentro del SECOT, donde la sobrepoblación y la falta de atención médica agravaban la situación de los internos. “Nos tenían como animales, con constantes disparos y amenazas, sin ningún respeto a nuestra dignidad”, afirmó, haciendo un llamado para que se respeten los derechos humanos dentro de estos centros de detención.
Por su parte, familiares y defensores de derechos humanos han exigido una investigación exhaustiva sobre los tratos recibidos en la cárcel, destacando que estos relatos evidencian graves violaciones a los derechos fundamentales. Mientras tanto, Chirinos se prepara para reiniciar su vida en Venezuela, con la esperanza de superar las heridas físicas y emocionales dejadas por esta dura experiencia.