En el programa Rumba de la Tarde se analizó con profundidad el creciente conflicto generado por la reforma al Código Laboral dominicano, luego de que 85 organizaciones empresariales manifestaran su rechazo al proyecto aprobado recientemente en primera lectura por el Senado.

Los empresarios alegan que el documento contiene disposiciones no consensuadas durante el diálogo tripartito sostenido entre el Gobierno, los empleadores y los trabajadores. Según expresaron, se habrían incluido modificaciones fuera del acuerdo original, generando una ruptura en la confianza y la transparencia del proceso.

Uno de los temas más sensibles abordados fue el del auxilio de cesantía, una conquista histórica de la clase trabajadora dominicana. Aunque desde el Gobierno –incluyendo la vicepresidenta Raquel Peña y el ministro de Trabajo– se ha insistido en que la cesantía no será modificada, algunos sectores empresariales consideran que esta figura representa una carga excesiva para las pequeñas y medianas empresas. A pesar de ello, en el proyecto aprobado no figura una alteración directa sobre este punto, aunque sigue siendo uno de los ejes del debate público.

Durante el programa, los panelistas destacaron que, de haberse tocado la cesantía, el país podría haber enfrentado un estallido social por parte de los trabajadores organizados. Los sindicalistas, por su parte, han reiterado que no aceptarán ningún retroceso en los derechos laborales conquistados.

Otros aspectos conflictivos del proyecto incluyen la indexación salarial, el teletrabajo, y nuevas obligaciones patronales que, según el empresariado, elevan significativamente los costos laborales en un contexto económico ya desafiante. El sector empresarial reclama un enfoque integral, señalando que los altos impuestos, la informalidad y la deficiente cobertura de la seguridad social también deben ser parte de la discusión.

Frente al impasse, el presidente del Senado, Ricardo de los Santos, se mostró abierto a que se convoque una legislatura extraordinaria después del 16 de agosto para buscar consenso entre las partes, una postura que fue respaldada por varios comentaristas del programa. “Ni Raquel ni Pepe pueden imponer; como Ricardo, hay que conversar”, expresó uno de los panelistas, abogando por el diálogo y el equilibrio.

El debate sobre la reforma laboral ha evidenciado las tensiones estructurales entre los derechos adquiridos por los trabajadores y la viabilidad económica de las empresas, en especial las más pequeñas. Desde el programa se advirtió que el país no puede avanzar si no se construye una solución conjunta que respete las conquistas sociales sin ahogar la capacidad productiva del sector formal.

El panorama sigue incierto, y los comentaristas alertaron que la clase trabajadora debe mantenerse vigilante y activa, ya que, como recordaron, “las conquistas laborales no se negocian, se defienden”.