En Montecristi, más de 7,000 productores de arroz lanzan una voz de alarma ante una posible crisis sin precedentes en el sector arrocero local. Denuncian que desde diciembre del año pasado han ingresado al país más de 4 millones de quintales de arroz importado, saturando el mercado nacional y dejando a las factorías locales llenas y sin capacidad para procesar la cosecha dominicana.

Esta situación, explican, amenaza con hacer desaparecer la producción nacional, lo que provocaría un impacto económico y social devastador para miles de familias que dependen directamente de este rubro. Los productores advierten que actualmente se están cosechando más de 10,000 sacos diarios, pero no cuentan con espacio en los molinos para procesarlos.

Durante una reciente asamblea, dirigentes agropecuarios expresaron su preocupación y pidieron al presidente de la República tomar medidas urgentes para evitar la crisis. Recordaron que Montecristi es una de las principales zonas arroceras del país, con una producción anual que supera los 15 millones de quintales y genera miles de empleos directos.

Los agricultores enfatizan que la saturación del mercado por arroz importado no solo afecta la economía local, sino que también pone en riesgo la sostenibilidad de una actividad que ha sido fundamental para el desarrollo rural en la República Dominicana.

El sector exige regulación y control a las importaciones para proteger la producción nacional y preservar la estabilidad de las familias productoras. De no tomarse acciones inmediatas, advierten que la desaparición del arroz dominicano podría ser una realidad inminente.

Esta crisis del arroz se suma a otras dificultades que enfrenta el campo dominicano, haciendo un llamado urgente a las autoridades para que actúen y eviten un colapso que impactaría negativamente en la seguridad alimentaria y en la economía rural del país.

Además, los productores instan a la sociedad a apoyar el consumo del arroz nacional como una forma de fortalecer la economía local y garantizar la continuidad de una tradición agrícola que ha sido pilar fundamental para muchas comunidades, al tiempo que solicitan acompañamiento técnico y financiero para mejorar la productividad y enfrentar los retos del mercado global.