Texas, EE.UU. – Las intensas lluvias que azotan nuevamente el estado de Texas obligaron a pausar las labores de búsqueda y recuperación de cuerpos tras las históricas inundaciones que afectaron la región a inicios de julio. Las autoridades han expresado preocupación por el riesgo que representan las condiciones climáticas para los equipos de rescate que aún operaban en áreas afectadas por crecidas repentinas.
El desastre natural, centrado en la cuenca del río Guadalupe en el condado de Kerr, dejó un saldo preliminar de 132 fallecidos y más de 170 desaparecidos, según informaron voceros del Departamento de Manejo de Emergencias de Texas. Entre las víctimas se encuentran al menos 27 personas que participaban en un campamento de verano cuando el río creció violentamente en cuestión de minutos.
Las lluvias del domingo y la madrugada del lunes provocaron nuevos desbordamientos en zonas como Lampasas, Schleicher y San Saba, donde se reportaron evacuaciones de emergencia, rescates de familias atrapadas y daños a más de 100 viviendas. El sistema de alertas por mensajes móviles fue activado para advertir a comunidades en riesgo, aunque residentes de áreas rurales han denunciado falta de cobertura o retrasos en la notificación.
El gobernador Greg Abbott declaró estado de emergencia en más de una docena de condados y solicitó apoyo adicional de FEMA. No obstante, su administración enfrenta críticas por la falta de preparación ante el fenómeno meteorológico, en especial por la ausencia de sistemas de advertencia temprana en algunos de los sectores más vulnerables.
Los equipos de búsqueda, compuestos por personal de la Guardia Nacional, bomberos y voluntarios, habían avanzado en la recuperación de cadáveres hasta que las nuevas lluvias impidieron el uso seguro de botes y drones. Las autoridades aseguran que retomarán las labores tan pronto el nivel del agua baje y se garantice la seguridad del personal.
Meteorólogos prevén más precipitaciones en las próximas 48 horas, lo que podría retrasar aún más las operaciones. Mientras tanto, familiares de desaparecidos esperan con angustia noticias de sus seres queridos, en medio de escenas de dolor y devastación que han marcado uno de los peores desastres naturales en Texas en los últimos años.