Las devastadoras inundaciones repentinas que azotaron el centro de Texas durante el fin de semana del 4 de julio han dejado al menos 120 personas muertas, mientras los equipos de rescate continúan buscando a más de 160 personas aún desaparecidas, especialmente en el condado de Kerr.
El condado de Kerr ha sido el más afectado, con alrededor de 96 fallecidos en esa zona, incluidos 36 niños, además de un gran número de víctimas en Camp Mystic, un campamento de verano cristiano para niñas, donde al menos 27 campistas y consejeros han perdido la vida y aún faltan por localizar a cinco niñas y un consejero.
El gobernador Greg Abbott advirtió que “podría haber muchas más víctimas aún sin contabilizar”, y enfatizó que las labores de búsqueda no se detendrán hasta dar con todos los desaparecidos . Hasta ahora, hay más de 170 personas desaparecidas, según reportes oficiales .
Comunidades locales se han reunido para honrar a las víctimas. En Kerrville, cientos participaron en una vigilia en un estadio escolar, vistiendo camisetas azules con el lema “Tivy Fight Never Die” o lazos verdes en memoria de las niñas de Camp Mystic.
Mientras tanto, surgen fuertes cuestionamientos sobre fallas en los sistemas de alerta temprana: algunas alertas solicitadas por bomberos voluntarios no se activaron hasta varias horas después de que comenzaran las inundaciones, intensificando el impacto del desastre. El gobernador ha instado a convocar una sesión legislativa especial para mejorar la preparación ante futuras emergencias y reforzar las comunicaciones ante inundaciones.