Buenos Aires — El presidente de Argentina, Javier Milei, anunció este jueves que vetará un conjunto de leyes aprobadas por el Senado que implican un aumento del gasto público, en lo que ha sido calificado como su mayor revés político desde que asumió el poder en diciembre de 2023.
Con el respaldo unánime de la oposición, la Cámara Alta dio luz verde a cuatro iniciativas legislativas que incluyen un aumento del 7,2% en las pensiones, la ampliación de beneficios para personas con discapacidad, la reasignación de fondos nacionales hacia las provincias y cambios en la estructura impositiva sobre combustibles. De aplicarse, estas medidas representarían un aumento del gasto fiscal equivalente al 2,5% del PIB, según datos del propio Ejecutivo.
Durante un acto en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, Milei fue tajante: “Vamos a vetar”, afirmó. Y agregó: “Si aun se diera la circunstancia, que no creo, de que el veto se cae, lo vamos a judicializar. Y aun si la justicia actuara con celeridad, el daño sería mínimo y reversible”.
El presidente libertario sostiene que su política de superávit fiscal es “permanente e innegociable” y considera que las decisiones del Senado atentan contra el equilibrio financiero del Estado, eje central de su gestión. Sin embargo, figuras de su entorno han ido más allá y calificaron lo ocurrido como “un golpe institucional” impulsado por sectores que, según ellos, buscan desestabilizar el rumbo económico del país.
La confrontación ocurre en un contexto político delicado: en octubre se celebrarán elecciones legislativas de mitad de término, clave para determinar la capacidad de Milei de sostener sus reformas hasta 2027. De perder poder parlamentario, su proyecto de gobierno podría enfrentar mayores obstáculos.
Mientras tanto, los gobernadores provinciales, jubilados y organizaciones sociales observan con atención el desenlace del veto presidencial y la posible judicialización del conflicto, que amenaza con tensar aún más la ya frágil relación entre el Ejecutivo y el Congreso argentino.