Santiago de los Caballeros — Miguelina Ureña, presidenta de los vecinos del Reparto Universitario, dio a conocer las inquietudes de la comunidad sobre el proyecto del monorriel que se construye en la ciudad. Ureña explicó que, aunque inicialmente no tenían objeciones porque la ruta original no afectaba su entorno, el reciente cambio en el trazado pone en riesgo un área boscosa con un arroyo natural, único en Santiago, que mantiene especies de fauna silvestre y un ecosistema valioso.
La dirigente vecinal señaló que la construcción de las bases del monorriel, tal como está planteada ahora, dañaría seriamente esa zona verde que la comunidad ha protegido durante años. Además, denunció la falta de información y diálogo con las autoridades responsables, en particular con el director del Fitrán, quien apenas se ha reunido con ellos tras quejas públicas.
Miguelina afirmó que el cambio de ruta no ha sido justificado adecuadamente y que el argumento oficial sobre dificultades para realizar giros en la ruta anterior no se sostiene, ya que un estudio local indica que los giros son similares en ambas opciones. Por ello, reiteró que la comunidad seguirá luchando para evitar la destrucción de su entorno natural.
Actualmente, un recurso de amparo busca frenar las obras hasta que se obtenga un informe ambiental definitivo y se evalúen los impactos sociales y ecológicos. La próxima audiencia judicial está programada para la próxima semana, y los vecinos esperan que se tomen en cuenta sus preocupaciones para encontrar una solución que combine desarrollo urbano y preservación ambiental.
La comunidad ha recibido apoyo de organismos nacionales e internacionales, entre ellos la Academia de Ciencias de la República Dominicana y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que han ofrecido asesoría para fortalecer la defensa del área. Según Ureña, el caso del monorriel en Reparto Universitario es un llamado a que los proyectos de infraestructura se planifiquen con respeto al medio ambiente y al bienestar de los ciudadanos.
Mientras tanto, los vecinos continúan vigilantes y organizados para evitar que el área verde, que consideran un pulmón vital para Santiago, sea sacrificada sin un diálogo transparente y sin alternativas viables. “No estamos en contra del progreso, pero pedimos que se haga con responsabilidad y sin destruir la naturaleza que nos sustenta”, concluyó Miguelina Ureña.