SANTO DOMINGO.– El periodista Julio Martínez Pozo aseguró este lunes que la salida de Odebrecht de la República Dominicana no solo implicó la expulsión de una constructora cuestionada por corrupción, sino también la pérdida de un esquema eficiente de financiamiento y ejecución de obras públicas en el país.
Durante su comentario en El Sol de la Mañana, el comunicador afirmó que las obras ejecutadas en el pasado por Odebrecht se realizaban bajo un modelo que garantizaba calidad, seguridad y, sobre todo, eficiencia en los plazos y costos. A su juicio, desde que se desmanteló ese sistema, las obras del Gobierno se triplican en presupuesto debido a un modelo de contrataciones que depende de pagos por cubicaciones, lo que retrasa los plazos y encarece los proyectos.
“El error fue desmontar el sistema sin sustituirlo con uno igual o mejor. Hoy, si una obra debía costar 2,000 millones y durar dos años, termina costando 6,000 y entregándose en cinco años. Eso no pasaba antes, y no por magia, sino por un esquema financiero y técnico que ya no existe”, subrayó Martínez Pozo, citando como ejemplo reciente la circunvalación de Baní, denunciada por el expresidente Leonel Fernández.
El veterano analista también recordó que Odebrecht no solo construía, sino que financiaba los proyectos y asumía los riesgos hasta su entrega, cobrando luego de finalizadas las obras. En contraste, explicó que los actuales contratistas dependen del flujo de pagos del Estado, lo cual ralentiza la ejecución. “Hoy nadie puede decir con certeza cuánto costará una obra ni cuándo se entregará”, advirtió.
Finalmente, Martínez Pozo hizo un llamado a revisar a fondo el sistema de ejecución de obras públicas, señalando que mientras no se corrija el mecanismo de financiamiento, el país seguirá pagando precios desproporcionados por proyectos inconclusos y con bajo retorno para los contribuyentes.
Además, Martínez Pozo cuestionó que se haya satanizado completamente a Odebrecht sin reconocer los elementos positivos que introdujo en la ejecución de infraestructuras en el país. “No se trata de justificar actos de corrupción, pero sí de reconocer que junto con Odebrecht se fue un modelo de gestión que, aunque imperfecto, ofrecía resultados tangibles en tiempo y forma. Hoy, el Estado paga más, espera más y recibe menos”, concluyó.
