Santo Domingo, RD – Más de 120 dominicanos retornaron al país tras ser deportados desde Estados Unidos, muchos de ellos tras enfrentar duras condiciones y recorrer la peligrosa ruta irregular conocida como “La Vuelta de México”. La mayoría de estos migrantes dejaron el país impulsados por la falta de oportunidades y el deseo de mejorar la vida propia y la de sus familias.
Entre ellos, algunos relatan sus difíciles experiencias. “Yo fui con mi visa de paseo y me quedé allá. Logré casarme mientras estaba bajo detención, pero la opresión de los jueces y la corrupción no permitieron que me quedara con mi familia,” contó uno de los deportados, quien a pesar de todo mantiene la esperanza. Otros familiares esperan noticias de sus seres queridos que aún permanecen en detención, sin recibir fianza para salir.
Durante los últimos seis meses, y especialmente en el segundo mandato del expresidente Donald Trump, más de 2,000 dominicanos han sido deportados desde EE.UU., un fenómeno que ha puesto en alerta a las autoridades migratorias dominicanas y a las organizaciones de apoyo a migrantes.
El regreso de estos dominicanos trae consigo la necesidad de asistencia y oportunidades para que puedan reintegrarse adecuadamente a la sociedad y reconstruir sus vidas tras la difícil experiencia vivida.
Migración de EE.UU.
Actualmente, la migración en Estados Unidos es un tema central en la política y la sociedad, marcado por desafíos humanitarios, reformas legales pendientes y una creciente presión en la frontera sur. El país enfrenta un aumento constante en el número de personas que buscan asilo, refugio o mejores oportunidades económicas, especialmente provenientes de América Latina, el Caribe y otras regiones afectadas por la violencia, la pobreza o crisis políticas.
Las autoridades migratorias han reforzado la vigilancia en la frontera con México y se han implementado medidas más estrictas para gestionar los flujos migratorios irregulares, incluyendo deportaciones aceleradas y acuerdos con países vecinos para contener la migración.
Al mismo tiempo, el gobierno estadounidense mantiene programas de alivio temporal como el TPS (Estatus de Protección Temporal), aunque algunos de ellos han sido restringidos o eliminados recientemente, como en el caso de los ciudadanos haitianos.
La migración legal también continúa siendo un tema complejo, con retrasos en los procesos de visas y peticiones familiares, así como una alta demanda de trabajadores en sectores esenciales que ha reabierto el debate sobre una reforma migratoria integral. Las organizaciones defensoras de los derechos humanos siguen abogando por un enfoque más justo y humanitario en el tratamiento de los migrantes y solicitantes de asilo.