El comunicador Julio Alberto Martínez respaldó con firmeza la posición asumida por el presidente Luis Abinader frente a las críticas de Amnistía Internacional sobre las repatriaciones de ciudadanos haitianos.

A juicio de Martínez, el mandatario “enmendó la plana” a quienes, desde organismos internacionales, pretenden dictar políticas migratorias al Estado dominicano sin tener en cuenta su realidad interna ni su soberanía. “Aquí se respetan los derechos humanos, pero también se protege el territorio y la gente”, afirmó el comentarista durante su participación en el programa El Rumbo de la Tarde.

Martínez enfatizó que República Dominicana ha sido históricamente solidaria con Haití, pero advirtió que esa solidaridad no puede significar una renuncia al control de sus fronteras ni a la aplicación de sus propias leyes.

Aseguró que Amnistía Internacional y portavoces como Rabina Shamdasani, de la ONU, insisten en imponer una narrativa que ignora el impacto que tiene la crisis haitiana en el país, tanto en términos sociales como de seguridad. “Ellos no se cansan de tratar de imponer su agenda, pero aquí hay un presidente que ha dejado claro que no aceptará tutelajes externos”, dijo.

Asimismo, Martínez destacó la reciente decisión del Consejo de Seguridad de la ONU de extender hasta 2026 el mandato de la Oficina Integrada de Naciones Unidas en Haití como un indicio de que la visión dominicana sobre la necesidad de mayor compromiso internacional con Haití está siendo escuchada.

Sin embargo, advirtió que mientras no haya control real sobre el territorio haitiano —hoy dominado por pandillas armadas—, hablar de elecciones o estabilidad política resulta irrisorio. “Eso parece una tragicomedia”, expresó, refiriéndose a los planes electorales haitianos en medio del colapso institucional.

Finalmente, el comunicador reiteró que el liderazgo del presidente Abinader ha sido crucial para posicionar a República Dominicana como una voz autorizada en el debate internacional sobre Haití.

Valoró como acertada la postura del gobierno de seguir promoviendo una misión de paz más efectiva, combinando las fuerzas de Kenia con respaldo de la ONU, que permita no solo restablecer el orden, sino reconstruir la institucionalidad haitiana. “No es el problema nuestro, pero sí nos afecta. Y por eso es fundamental seguir actuando con firmeza, sin ceder a presiones externas disfrazadas de derechos humanos”, concluyó.