El vocero de la Presidencia, Homero Figueroa, respondió a las críticas surgidas tras la participación fallida de la doctora Alexandra Iches en “La Semanal con la Prensa”, afirmando que el formato del evento es completamente aleatorio y que no garantiza a ningún participante el derecho a formular preguntas. “En la última edición participaron 95 periodistas y ninguno salió diciendo que fue censurado”, expresó.

Figueroa explicó que la doctora fue invitada como comunicadora por gestión del periodista Daris Terrero, sin que se conociera previamente la naturaleza de su planteamiento. Aunque Iches intentó hacer una pregunta relacionada con la salud mental y la falta de presupuesto asignado a este tema, no fue seleccionada durante la dinámica, lo cual según el vocero responde a la aleatoriedad del proceso.

“Entiendo que su inquietud es válida e importante, pero como la de muchos otros que asisten. La Semanal no es un espacio para promover proyectos personales, sino para responder preguntas que surjan dentro de la dinámica libre del evento”, aclaró Figueroa. Aun así, se mostró abierto a recibir la pregunta de Iches por escrito y aseguró que podría canalizar una respuesta del presidente si así se le solicita formalmente.

Figueroa también negó rotundamente que exista algún tipo de dirección o censura previa en el evento. “Yo mismo no estoy presente en el lugar durante el desarrollo de La Semanal precisamente para evitar cualquier interpretación de control o manipulación”, subrayó. Indicó que la transparencia es una de las bases del encuentro, donde decenas de periodistas tienen libertad para preguntar si son seleccionados al azar.

Sobre la posibilidad de recibir personalmente a la doctora Iches, el funcionario afirmó que no tiene ningún inconveniente en hacerlo, siempre y cuando la solicitud sea formal y canalizada adecuadamente. “Yo no tengo problema en recibirla ni en atender su inquietud, pero hay que entender que La Semanal no es una tribuna abierta para todo tipo de intervenciones”, puntualizó.

Finalmente, Figueroa llamó a no exagerar el incidente, recordando que son más de 100 los asistentes habituales a este espacio y que no todos pueden intervenir. “Que no se le haya dado la palabra no significa censura. Es parte de cómo funciona un espacio libre y abierto como este, donde cada semana se permite el diálogo directo entre el presidente y la prensa”, concluyó.