En una intervención cargada de cuestionamientos y desahogo cívico, la periodista Altagracia Salazar lamentó lo que considera un retroceso institucional y ético en el liderazgo del presidente Luis Abinader, al tiempo que advirtió que las elecciones de 2028 todavía no están definidas para nadie, ni siquiera para el oficialismo.
“Me duele ver al presidente cayendo en el arrastre político”, expresó Salazar, denunciando la desconexión de la clase política con una sociedad cada vez más crítica, educada y autosuficiente. Con énfasis en temas como el estancado Código Penal, la protección a corruptos, y el desamparo legal hacia mujeres y sectores vulnerables, Salazar cuestionó el rumbo legislativo y ético que ha tomado el Congreso con respaldo tácito del Poder Ejecutivo.
“¿Por qué se sacrifica la justicia verdadera, la independencia de poderes y los derechos de las mujeres?”, se preguntó. “El Congreso empuja un Código Penal que legaliza la impunidad y legisla en contra de la vida que dice defender”. Para la comunicadora, estas acciones reflejan un país dividido, donde la participación electoral se correlaciona con la pobreza, mientras que la clase media y educada se desconecta cada vez más del sistema.
Salazar hizo hincapié en que esta no es una lucha de partidos, sino una lucha por la justicia real. “El aparato político está legislando para sí mismo, no para la gente. Y no se ha dado cuenta que el país cambió”, concluyó, advirtiendo que la baja participación electoral y el descrédito de las instituciones son señales claras de una ciudadanía que ha perdido la fe en sus representantes.
Salazar también criticó la falta de valentía política para enfrentar temas esenciales como la despenalización del aborto en tres causales y la independencia del Ministerio Público, señalando que se prefiere mantener privilegios y alianzas políticas antes que asumir compromisos con la justicia y los derechos humanos. “No es verdad que estamos obligados a elegir entre el mal menor y el mal mayor”, sentenció, insistiendo en que el país necesita líderes con visión de futuro, no funcionarios atrapados en cálculos electorales.
