Despradel coincidieron en que al expresidente Leonel Fernández “le salió bien” haber propuesto llevar al Consejo Económico y Social (CES) la discusión sobre la posición de República Dominicana frente a la crisis en Haití. Durante el programa El Sol de la Mañana, Despradel señaló que esta maniobra permitió desactivar el debate sobre la “dominicanización del trabajo” y los 15 puntos propuestos inicialmente por sectores que abogaban por mayor control migratorio.

“Ya no se discute eso, ahora lo que está sobre la mesa es cómo empadronar la mano de obra extranjera”, expresó, en alusión a los nuevos ejes del diálogo que se centran en regulaciones más blandas. Según la comentarista, esto favorece los intereses de empresarios y sectores de la Iglesia, a quienes calificó como aliados de una “agenda de regularización” que perpetúa el uso de mano de obra ilegal en sectores como la agricultura.

Despradel también criticó la inacción del gobierno de Luis Abinader, señalando que el oficialismo ha estado ausente en las reuniones del CES, dejando espacio para que el PLD y los técnicos cercanos a Leonel dominen el debate. “Leonel no es presidente, pero sabe moverse. Propuso el escenario del CES para evitar asumir políticas impopulares directamente”, añadió.

La comentarista advirtió que esta dilución de la propuesta original representa una maniobra política efectiva de Fernández y una falta de liderazgo del gobierno actual en el manejo del conflicto migratorio y laboral con Haití.

Finalmente, reiteró que tanto el CES como los actores presentes Iglesia, empresarios y técnicos están favoreciendo una estrategia de regularización disfrazada, que lejos de resolver la crisis migratoria, perpetúa un modelo de explotación laboral.

Despradel también arremetió contra la Iglesia Católica, a la que acusó de actuar en contra de los intereses del país, y contra los empresarios que según ella buscan mantener la mano de obra haitiana para seguir explotando trabajadores ilegales y frenar la tecnificación del campo dominicano. Señaló que, mientras en países como México se utilizan drones para sembrar y fumigar, en República Dominicana se insiste en depender de una fuerza laboral irregular, alimentando así una crisis estructural que el gobierno parece incapaz o poco dispuesto a enfrentar con firmeza.