La comunicadora Isis Álvarez encendió el debate público este lunes al cuestionar duramente la facilidad con que los reclusos acceden a teléfonos celulares dentro de los centros penitenciarios del país. “¿Serán las compañías o las autoridades las que permiten la entrada de celulares desde el interior?”, se preguntó de manera contundente en su participación en un medio de comunicación nacional.

Álvarez expresó su preocupación por el hecho de que, a pesar de las múltiples denuncias y medidas anunciadas por las autoridades, los internos continúan operando redes delictivas desde las cárceles utilizando estos dispositivos. “No es posible que en pleno 2025 los presos sigan extorsionando, estafando y organizando crímenes desde sus celdas con total impunidad”, señaló.

La comunicadora sugirió que debe existir algún grado de complicidad o negligencia por parte del personal penitenciario, ya que resulta inexplicable que los equipos lleguen a manos de los reclusos sin ser detectados. También cuestionó el rol de las compañías telefónicas y la posibilidad de que estén facilitando servicios sin controlar su destino final.

“Esto no se resuelve solo con operativos. Aquí se necesita una auditoría seria al sistema penitenciario y un régimen de consecuencias ejemplar para quienes violen las reglas, sean civiles o militares”, agregó Álvarez, exigiendo acciones concretas por parte del Ministerio Público y la Dirección General de Servicios Penitenciarios.

La denuncia de Isis Álvarez ha generado reacciones en distintos sectores, incluyendo organizaciones de la sociedad civil que llevan años denunciando la falta de control en las cárceles. Para muchos, estas irregularidades son un reflejo del fracaso de las llamadas “reformas penitenciarias” que se han anunciado en el país.

Mientras tanto, el país sigue a la espera de respuestas. ¿Quién permite realmente el ingreso y uso de celulares en las cárceles? ¿Qué intereses hay detrás? Las preguntas de Isis Álvarez retumban con fuerza, mientras la inseguridad y el crimen organizado se fortalecen desde las sombras del sistema penitenciario dominicano.