Serguéi Lavrov, el 'diplomático de hierro' que se ha convertido en el  ariete de Putin

El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, lanzó este domingo una inquietante advertencia sobre la posibilidad de un conflicto global, al afirmar que “la Tercera Guerra Mundial podría estar muy cerca”, citando recientes declaraciones del presidente Vladímir Putin y en respuesta al bombardeo de Estados Unidos contra instalaciones nucleares iraníes ocurrido el sábado.

En una entrevista concedida al periodista Pavel Zarubin, Lavrov cuestionó la supuesta pasividad de Occidente ante estos ataques: “El resto dice que Israel tiene derecho a la autodefensa, como dijo Macron. ¿Autodefensa contra qué?”, expresó, mientras señalaba que interpretar el derecho a la autodefensa al margen de la Carta de las Naciones Unidas solo conduciría a un “caos total” en el orden internacional.

El alto diplomático ruso advirtió que el uso del principio de autodefensa sin respetar los marcos legales internacionales representa un grave riesgo. “Cuando los países deciden por sí mismos cuándo ejercer ese derecho, sin mirar atrás a la Carta de la ONU, el resultado es la erosión del orden global”, sentenció Lavrov, en medio de la creciente tensión entre potencias nucleares y conflictos en Medio Oriente.

Tercera guerra mundial

La posibilidad de una Tercera Guerra Mundial ha sido durante décadas uno de los mayores temores de la humanidad, especialmente tras las devastadoras consecuencias de los dos conflictos mundiales del siglo XX. En la actualidad, ese temor resurge ante el aumento de tensiones geopolíticas entre potencias nucleares como Estados Unidos, Rusia, China e Irán, así como por los conflictos regionales que amenazan con desbordarse a escala global.

La proliferación de armas avanzadas, el uso de inteligencia artificial militar y la ciberseguridad como nuevo frente de batalla han transformado el panorama bélico, haciéndolo aún más impredecible y peligroso.

Diversos analistas advierten que un conflicto de esta magnitud podría no solo involucrar enfrentamientos armados tradicionales, sino también ataques cibernéticos masivos, sabotajes a infraestructuras críticas y el uso potencial de armas nucleares, con consecuencias catastróficas para la humanidad.

Aunque muchos gobiernos insisten en que buscan soluciones diplomáticas, los discursos beligerantes, las alianzas militares tensas y la falta de consenso en organismos internacionales como la ONU, mantienen latente el riesgo de una confrontación global que nadie quiere, pero para la cual pocos parecen estar dispuestos a ceder.