Siete personas murieron y al menos 13 resultaron heridas tras un ataque armado en plena funeraria en Ciudad de Guatemala, durante el velorio de un presunto pandillero. El ministro de Gobernación, Francisco Jiménez, confirmó que se trata de una disputa entre bandas criminales.

Según el funcionario, la policía había sido alertada del riesgo, pero abandonó el lugar minutos antes del tiroteo, lo que ha encendido las alarmas sobre una posible negligencia de los agentes, actualmente bajo investigación.

El ataque ocurrió en horas de la noche del martes en el centro de la capital guatemalteca, cuando hombres armados irrumpieron en la funeraria y abrieron fuego de forma indiscriminada contra los presentes. Imágenes difundidas por medios locales muestran escenas de caos, con cuerpos tendidos en el suelo y personas huyendo despavoridas.

Testigos del hecho aseguraron que varios atacantes llegaron en vehículos y no llevaban los rostros cubiertos, lo que alimenta sospechas sobre su vínculo directo con bandas criminales que operan en la zona. La víctima velada era presuntamente integrante de una pandilla, lo que hace suponer que el ataque fue una venganza de un grupo rival.

El ministro Jiménez aseguró que ya se han identificado a algunos de los posibles responsables y que se desplegó un operativo de búsqueda con unidades especiales de la Policía Nacional Civil (PNC). Asimismo, enfatizó que se investigará a fondo por qué los agentes que estaban en el lugar decidieron retirarse minutos antes del tiroteo.

Guatemala enfrenta desde hace años una grave crisis de seguridad por la actividad de pandillas y el narcotráfico, lo que mantiene en alerta a las autoridades. Organismos de derechos humanos han denunciado repetidamente la falta de acción efectiva del Estado para garantizar la seguridad de la población civil en las zonas más afectadas.

Las familias de las víctimas exigen justicia y respuestas claras sobre la aparente negligencia policial, mientras organizaciones civiles han convocado a protestas para exigir mayor seguridad y control del crimen organizado. El gobierno, por su parte, prometió reforzar la presencia policial en zonas vulnerables y acelerar las investigaciones para evitar que este tipo de masacres continúen cobrando vidas inocentes.