Con una chacabana blanca y un gesto relajado, el presidente Luis Abinader llegó este viernes en la mañana a la residencia del expresidente Hipólito Mejía, donde fue recibido con bromas y risas por su compañero de partido. Pero tras la cordialidad del saludo, el encuentro cargaba un trasfondo político más serio: la crisis en Haití y el reordenamiento interno del oficialismo.

La reunión con Mejía, celebrada en el sector La Julia, forma parte de una ronda de encuentros individuales que Abinader ha sostenido con expresidentes. El pasado jueves, conversó durante más de dos horas y media con Leonel Fernández en Funglode, y antes, el 26 de junio, se reunió con Danilo Medina. En todas las ocasiones, el tema central ha sido el agravamiento de la situación haitiana y la necesidad de construir una visión de Estado frente al colapso institucional en el país vecino.

En el caso de Mejía, el diálogo cobra una dimensión especial. Aunque ambos militan en el Partido Revolucionario Moderno (PRM), Hipólito ha cuestionado públicamente algunas de las medidas migratorias adoptadas por el Gobierno, particularmente por su impacto en sectores como la agricultura y la construcción, donde la mano de obra haitiana ha sido históricamente clave.

Además de los temas internacionales, el momento político del PRM también le da peso a este encuentro. En el entorno de Mejía se perfila la figura de su hija, Carolina Mejía, alcaldesa del Distrito Nacional y potencial candidata presidencial. La conversación entre Abinader y el veterano líder ocurre justo cuando dentro del oficialismo comienzan a definirse los primeros movimientos con miras al 2028.