Tres dominicanos figuran entre los fugitivos más buscados por el FBI por crímenes cometidos en EE.UU.
Más de una década después de haber cometido presuntamente crímenes en territorio estadounidense, tres ciudadanos de origen dominicano siguen siendo activamente buscados por la Oficina Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés).
Sus nombres —Daniel Guzmán, Víctor Manuel Tolentino y Dennis Saint John Rodríguez Jr.— figuran en la lista oficial de los fugitivos extranjeros más buscados por la agencia federal, por delitos que incluyen fraude millonario al sistema de salud, narcotráfico interestatal y asesinato. Los tres están prófugos desde hace varios años, y dos de ellos son considerados por las autoridades como armados y peligrosos.
El caso de Daniel Guzmán, de 65 años, remonta a su trabajo en una farmacia en Washington Heights, Manhattan, donde supuestamente encabezó un esquema de fraude a Medicaid, el programa de salud pública de EE.UU.
El FBI asegura que Guzmán recibía recetas de beneficiarios y luego solicitaba reembolsos por medicamentos que nunca eran entregados, causando pérdidas millonarias al sistema. Fue arrestado en 2008, pero tras ser liberado bajo fianza, no regresó a la corte. Desde 2009 tiene una orden de arresto federal activa. En su ficha, se describe como un hombre de 5’5” de estatura, 160 libras, ojos marrones y cabello negro.
Víctor Manuel Tolentino, oriundo de Santiago de los Caballeros, fue acusado en 2012 por su participación en una organización dedicada al tráfico de heroína, cocaína y marihuana entre Las Vegas, San Diego y Nueva York.
Aunque su juicio estaba pautado para 2013, nunca compareció, y desde entonces se encuentra evadiendo a la justicia. La agencia lo vincula con estructuras criminales de alcance transnacional y advierte que podría estar en el extranjero.
El más buscado de los tres es Dennis Saint John Rodríguez Jr., quien nació en Nueva York, pero tiene ascendencia dominicana. Está acusado de asesinato en Florida en 2016 y de haber huido antes del juicio. Se cree que pertenece a la pandilla Latin Kings y que se esconde en Celaya, México, donde estaría trabajando como barbero.
El FBI ofrece una recompensa de 50,000 dólares por información que conduzca a su arresto y advierte que es altamente peligroso.
Estos casos ponen de relieve la dimensión internacional del crimen organizado y la capacidad de algunos prófugos para escapar del radar judicial durante años. Mientras tanto, el FBI mantiene abiertas las investigaciones, confiando en que el tiempo no será obstáculo para hacerles rendir cuentas ante la justicia.
