Las autoridades de salud de Texas confirmaron la muerte de una mujer de 71 años a causa de una infección provocada por Naegleria fowleri, una ameba conocida por destruir tejido cerebral y causar meningoencefalitis amebiana primaria, una enfermedad extremadamente rara pero casi siempre fatal.

Según el reporte, la víctima, quien gozaba de buena salud, comenzó a presentar síntomas neurológicos graves como fiebre, dolor de cabeza y confusión mental, días después de realizarse una irrigación nasal utilizando agua de grifo no tratada proveniente de su autocaravana en un campamento. Los expertos creen que la ameba ingresó a su organismo a través de las fosas nasales durante el procedimiento.

Especialistas advirtieron que este tipo de infección es prevenible si se utiliza agua destilada, hervida y enfriada, estéril o filtrada adecuadamente. El Departamento de Servicios de Salud de Texas recordó que nunca debe usarse agua del grifo directamente en procedimientos nasales sin un tratamiento previo, ya que puede contener organismos peligrosos como Naegleria fowleri.

Las autoridades reiteraron el llamado a la población a extremar precauciones, especialmente durante el verano, cuando las temperaturas elevadas favorecen la proliferación de esta ameba en aguas cálidas y estancadas. Aunque los casos son raros, la tasa de mortalidad es superior al 97%.

La Naegleria fowleri no causa daño si es ingerida, pero al entrar por la nariz puede alcanzar el cerebro a través del nervio olfativo, provocando una inflamación agresiva del tejido cerebral. Los síntomas suelen aparecer entre uno y doce días después de la exposición, y avanzan rápidamente, causando convulsiones, coma y, en la mayoría de los casos, la muerte en menos de dos semanas.

Texas ha registrado varios casos aislados de esta infección en años recientes, generalmente asociados al contacto con agua dulce templada en lagos, ríos o sistemas de plomería mal mantenidos. Las autoridades sanitarias continúan monitoreando las fuentes de agua y reforzando campañas educativas para prevenir nuevos casos, subrayando que el riesgo puede reducirse significativamente con simples medidas de higiene y precaución.