Santo Domingo – El comunicador Óscar Medina arremetió este lunes contra el autodenominado “detective” Ángel Martínez, calificándolo de “loco” y asegurando que su comportamiento evidencia un serio deterioro emocional. Medina lamentó la situación del youtuber, pero advirtió que no se puede tolerar el nivel de difamación y ataques personales que este ha lanzado contra figuras públicas del país.
Medina recordó que Martínez ha pedido perdón públicamente al presidente Luis Abinader, a la ministra Faride Raful, a Milagros Ortiz Bosch y a otras figuras que previamente había acusado sin pruebas. “Él mismo dice que está loco. Y yo también lo creo. Pero eso no lo exime de responsabilidad. Aquí hay gente a la que le ha destruido la imagen, la honra y la tranquilidad familiar”, afirmó el comunicador.
Además, Medina sostuvo que muchas de las figuras políticas que hoy se dicen agraviadas por Martínez fueron en su momento quienes lo impulsaron mediáticamente, utilizándolo como arma contra adversarios del pasado gobierno. “Lo que pasa es que la serpiente que ellos alimentaron ahora les está picando a ellos mismos”, dijo, advirtiendo que no basta con pedir disculpas después de años de “inventarse cosas” para ganar visualizaciones en redes sociales.
Medina también hizo un llamado a que las personas afectadas por las declaraciones de Ángel Martínez no se retracten de las acciones legales emprendidas, pese a que el youtuber ha mostrado señales de arrepentimiento y fragilidad emocional. “Aquí hay que sentar precedentes. No se puede permitir que alguien diga cualquier disparate en una plataforma, dañe reputaciones y luego salga llorando o diciendo que está medicado para evitar consecuencias”, expresó.
En ese mismo sentido, el comunicador criticó que algunos funcionarios hayan optado por pagar a estos difamadores para que los dejen de mencionar, en lugar de acudir a la justicia. Resaltó como positivo el paso dado por la ministra de Interior, Faride Raful, quien formalizó una querella en contra de Martínez, al tiempo que exhortó a otras figuras agraviadas a seguir el mismo camino: “La libertad de expresión no es libertad para calumniar”, concluyó.