Miami, FL. – “No poder abrazar a mi hijo… eso sí choca”. Así lo expresó con la voz entrecortada José Rosa, padre biológico de Derek Rosa, el adolescente acusado de asesinar a su madre, Irina García, en un hecho que estremeció a la comunidad cubana de Miami en octubre de 2023.
Desde entonces, Derek, que tenía solo 13 años al momento del crimen, permanece detenido en una cárcel para adultos en el condado de Miami-Dade, mientras espera el inicio del juicio por un cargo de asesinato en primer grado. Hoy tiene 14 años.
El padre de Derek asegura que habla con su hijo todos los días por teléfono. “Siempre estamos en oración. Mi familia me apoya. Pero no poder tocarlo, no poder estar con él… eso es desgarrador”, dijo, visiblemente afectado. Según relata, mantenerse en contacto es lo único que los sostiene como familia en medio del dolor y el juicio social.
La madre de Irina García, Isabel Acosta —abuela de Derek— también rompió el silencio en una entrevista exclusiva con Telemundo 51. “Me quedé sin hija, sin nieta y sin nieto”, afirmó con las manos temblorosas, marcada por la tragedia. Asegura que su nieto es ahora su única fuente de fuerza. “Ese niño me da la fuerza… él me la transmite. Yo me levanto por él”.
Irina García, de 39 años, fue hallada muerta a puñaladas mientras dormía en su apartamento de Hialeah. Según la acusación, el ataque ocurrió mientras su bebé —una hija recién nacida— dormía en otra habitación. La madre, según sus seres queridos, vivía por y para sus hijos. “Irina era mi clon. Todo lo que hacía, lo hacía pensando en Derek. Él la adoraba”, recordó Isabel entre lágrimas.
Desde la detención de Derek, la familia ha enfrentado duros titulares, juicios públicos y comentarios que han profundizado su dolor. “Lo que más duele es que la gente no entiende que somos seres humanos, que también tenemos sentimientos”, lamentó José Rosa.
Por razones legales, ni el padre ni la abuela han ofrecido detalles sobre el caso. Sin embargo, insisten en que aún hay mucho que no se ha contado. Mientras el juicio permanece en pausa, Isabel Acosta se aferra a su fe. Habla con su hija en oración y espera volver a ver a su nieto en libertad. “Por él voy a seguir hasta el final”, concluyó.