Matamoros, Tamaulipas. – Después de la explosión anoche del cohete de SpaceX en Texas, muy cerca del territorio mexicano, se reportó la caída de basura espacial en varias zonas de Matamoros, Tamaulipas, incluyendo el río Bravo, campos de cultivo y áreas de pastoreo, según informó el medio local Milenio.

Testigos en la zona relataron que se sintieron fuertes ruidos y vibraciones, a pesar de la distancia, y describieron la caída de fragmentos que incluyen piezas de metal, plástico y otros componentes del cohete. “Estamos a uno o dos kilómetros del lugar y se sintió todo muy fuerte”, dijo un residente, refiriéndose al estallido y su impacto.

Aunque Elon Musk aseguró inicialmente que la explosión no había causado daños ni afectaciones, las imágenes y reportes locales contradicen esa versión al evidenciar la caída de escombros en territorio mexicano. Las autoridades locales ya realizan inspecciones para evaluar posibles daños en las áreas afectadas y garantizar la seguridad de la población.

El incidente genera preocupación sobre los riesgos que representa la caída de restos espaciales en zonas pobladas, y abre el debate sobre la necesidad de regulaciones más estrictas para el lanzamiento y manejo de cohetes y satélites que puedan impactar zonas civiles.

Las autoridades ambientales y de protección civil en Tamaulipas han iniciado un operativo para recolectar los fragmentos caídos y evitar riesgos de contaminación o accidentes con la población local. Se recomienda a los habitantes no manipular los restos y reportar cualquier hallazgo a las instancias oficiales para su manejo adecuado.

Por su parte, representantes de SpaceX han declarado que colaborarán con las autoridades mexicanas para esclarecer el alcance de los daños y tomar las medidas necesarias para minimizar los impactos en la zona. Sin embargo, hasta el momento no se ha emitido un informe oficial sobre la extensión de los daños materiales o ambientales causados por la caída de la basura espacial.

Este incidente pone de relieve la creciente preocupación internacional sobre la gestión de desechos espaciales, que se ha convertido en un desafío para la seguridad global y la protección del medio ambiente. Expertos advierten que la acumulación de restos en órbita y su posible caída en zonas habitadas exige mayor regulación y cooperación internacional para evitar tragedias futuras.