La periodista Altagracia Salazar cuestionó la reciente acción legal de la ministra de Interior y Policía, Faride Raful, quien presentó una querella penal por difamación contra la comunicadora Ingrid Jorge. Salazar consideró que esta medida es desproporcionada y recordó que Ingrid Jorge ha hecho acusaciones más graves en el pasado sin enfrentar consecuencias legales similares.

“Faride se queda corta al lado del jabón que le tiró Ingrid Jorge al procurador”, expresó Salazar, sugiriendo que la ministra está reaccionando de forma exagerada en comparación con otras figuras públicas que han sido objeto de críticas más severas por parte de Jorge. La periodista también señaló que la acción de Raful podría interpretarse como un intento de silenciar a sus críticos.

La controversia surge en medio de un clima político tenso, donde las figuras públicas enfrentan un escrutinio constante y las redes sociales amplifican las disputas personales y profesionales. La opinión de Salazar añade una nueva dimensión al debate sobre la libertad de expresión y el uso de acciones legales por parte de funcionarios públicos para responder a las críticas.

Salazar también cuestionó el criterio de selectividad en la justicia, al comparar la reacción de Faride con el silencio institucional frente a acusaciones aún más delicadas que Ingrid Jorge ha emitido contra otras figuras del gobierno y del sistema judicial, incluyendo al propio procurador. A su juicio, esto demuestra que en República Dominicana el peso de la ley muchas veces se aplica dependiendo del cargo o la conveniencia política del momento.

La veterana periodista advirtió que este tipo de querellas puede abrir un precedente negativo para la libertad de prensa y la crítica pública. “Si cada funcionario va a someter por difamación a quien los cuestione, entonces terminaremos en un Estado donde solo se podrá hablar con miedo”, apuntó. En lugar de recurrir a los tribunales, sugirió que los funcionarios deberían responder con argumentos y transparencia ante cualquier acusación.

Finalmente, Salazar recordó que figuras públicas como Faride Raful, quien antes fue una aguerrida crítica del poder, deben recordar su pasado opositor y la importancia de tolerar la crítica, incluso cuando esta provenga de voces incómodas como Ingrid Jorge. “No se puede pasar de denunciar la mordaza, a querer ponerla”, sentenció.