La República Dominicana se consolida como uno de los cuatro principales destinos para el turismo de bodas a nivel mundial y el preferido en el Caribe, dentro de una industria que mueve más de 90,000 millones de dólares globalmente. Así se destacó durante el Congreso de Turismo de Bodas celebrado este martes en Santo Domingo, donde más de 400 profesionales y promotores internacionales del sector se dieron cita.
Durante el evento, Kitsia Morales, presidenta de la Asociación Internacional de Destinos de Bodas, resaltó el crecimiento sostenido del país en este segmento turístico. Morales destacó que el turismo de bodas no solo promueve la llegada de visitantes, sino que también impulsa más de 70 actividades económicas, desde la gastronomía hasta el transporte y la decoración, generando un impacto económico significativo.
El ministro de Turismo subrayó que este liderazgo no es fruto del azar, sino de una estrategia planificada que ha sabido capitalizar la recuperación postpandemia y diversificar la oferta más allá del sol y la playa. Tour operadores de 19 países exploraron las múltiples opciones que ofrece el país para celebrar bodas inolvidables, reforzando la imagen de República Dominicana como un gigante emergente en el turismo de lujo y eventos especiales.
El congreso también sirvió como vitrina para mostrar la infraestructura de clase mundial con la que cuenta el país: desde hoteles todo incluido en Punta Cana y La Romana, hasta locaciones más íntimas y personalizadas en destinos como Samaná, Jarabacoa y Puerto Plata. Esta diversidad permite a las parejas adaptar sus celebraciones a distintos estilos y presupuestos, aumentando así la competitividad del país en el mercado internacional.
Asimismo, se discutieron iniciativas de sostenibilidad y calidad en el servicio como ejes clave para mantener el posicionamiento logrado. Expertos coincidieron en que el crecimiento del turismo de bodas en República Dominicana no solo fortalece el sector hotelero, sino que también genera empleos directos e indirectos en comunidades locales, reafirmando el papel del turismo como motor esencial del desarrollo económico nacional.