
El presidente del Partido Esperanza Democrática (PED), Ramfis Domínguez Trujillo, denunció este jueves que ha sido objeto de una campaña de difamación en medios de comunicación, la cual atribuye a supuestos intentos de extorsión por parte de algunos comunicadores. Durante una entrevista en el programa televisivo “El Matutino del País”, Domínguez Trujillo afirmó que muchas de las acusaciones en su contra surgen porque no accedió a las demandas económicas de ciertos comunicadores.
“Si hablamos de extorsión, la mayoría de esos difamadores en mi contra fue porque no se les dio su boronita”, declaró el político, quien también es nieto del dictador Rafael Leónidas Trujillo. Negó tener procesos judiciales abiertos en Estados Unidos, como han afirmado algunos comunicadores, y arremetió contra quienes lo acusan sin pruebas. “No son ni periodistas. Son comunicadores que toman el micrófono… comunicadores delincuentes, porque hay muchísimos delincuentes”, expresó.
Domínguez Trujillo manifestó su rechazo a la llamada “ley mordaza”, afirmando que no cree en la censura y que prefiere no interponer demandas judiciales, ya que —según dijo— no confía en el sistema de justicia dominicano. “La justicia dominicana no funciona. Los jueces al parecer no saben interpretar la ley. Lo que necesitamos es un sistema judicial funcional. Lo que tenemos es totalmente inoperante, entonces, ¿para qué perder el tiempo demandando?”, sostuvo.
Aunque no mencionó nombres directamente, Ramfis hizo alusión al caso del comunicador Ángel Martínez, quien en el pasado lo habría acusado públicamente y hoy guarda prisión por un caso de difamación. “No tengo absolutamente ningún caso judicial en EE. UU., eso es pura manipulación para desacreditarme”, puntualizó. El político aseguró que detrás de los ataques mediáticos hay una estrategia de extorsión disfrazada de opinión pública.
“Hay comunicadores y pseudosanalistas que, si no reciben su cuota, arman un linchamiento mediático. Eso es lo que me pasó a mí, y no lo voy a callar más”, denunció Domínguez Trujillo, visiblemente indignado. Estas declaraciones se dan en un contexto de creciente tensión preelectoral, donde el discurso de Ramfis ha ido escalando en intensidad, marcando distancia con la narrativa oficialista y también con los partidos tradicionales. Su postura ha generado simpatía entre sectores que denuncian el clientelismo y la corrupción en la comunicación política.
La reacción pública no se hizo esperar. Mientras algunos aplauden la valentía de sus palabras, otros cuestionan el tono y la falta de pruebas para sustentar tan graves acusaciones. Sin embargo, el líder del PED se mostró firme: “La verdad no necesita maquillaje. Yo estoy aquí para hablarla, aunque duela”.