En un encendido comentario durante su participación este martes en El Sol de la Mañana, el comunicador Julio Martínez Pozo lanzó una crítica contundente al sector empresarial dominicano que depende de mano de obra ilegal, principalmente haitianos.
“Actividad productiva que dependa de la mano de obra ilegal, que se vaya al diablo”, expresó con vehemencia Martínez Pozo, al abordar los recientes reclamos de gremios empresariales preocupados por el impacto económico de las deportaciones masivas de migrantes indocumentados.
Su pronunciamiento surge a raíz de declaraciones ofrecidas por César Dargán, vicepresidente ejecutivo del Consejo Nacional de la Empresa Privada (CONEP), quien informó que diversas asociaciones del sector privado están evaluando los efectos de las medidas migratorias implementadas por el Gobierno dominicano. Según Dargán, estas medidas afectan industrias claves como la construcción y la agricultura, que tradicionalmente han contado con mano de obra haitiana ilegal.
Martínez Pozo rechazó categóricamente que la economía dominicana tenga que depender de condiciones irregulares con respeto a la mano de obra ilegal que ponen en riesgo la soberanía y el orden migratorio del país. “No es obligatorio tener negocio”, afirmó. “Si usted solo puede operar dependiendo del caos migratorio, entonces que quiebre”.
Asimismo, criticó la presión que algunos empresarios están ejerciendo para frenar las deportaciones. “Ellos no están pensando en el país, están pensando en su rentabilidad basada en ilegalidades. ¿Cómo vamos a sostener una economía sobre la base del irrespeto a las leyes?”, cuestionó.
El comunicador instó al Gobierno a mantenerse firme en la aplicación de las normas migratorias y llamó a replantear el modelo económico para que se base en legalidad, productividad y respeto a la dignidad humana, tanto dominicana como extranjera.
Contexto
La República Dominicana atraviesa una coyuntura migratoria compleja, especialmente por la grave crisis que vive Haití. Mientras el Gobierno intensifica las deportaciones de haitianos en situación irregular, sectores empresariales denuncian una amenaza a la continuidad de proyectos y operaciones que emplean esta mano de obra.
El comentario de Martínez Pozo se suma al debate nacional que enfrenta dos posturas: el respeto a la ley y la soberanía, versus la necesidad económica de una fuerza laboral barata y disponible. En medio del pulso, el comunicador dejó claro su posicionamiento: “No vamos a entregar el país para que funcione un negocio”.