Miembros activos y antiguos colaboradores de la Antigua Orden Dominicana han alzado la voz para exigir al actual Gran Maestro, Angelo Vásquez, que defina con claridad el rumbo y los objetivos de la institución. La solicitud, que ha sido respaldada por diversas voces dentro de la orden, surge ante lo que consideran una falta de dirección, coherencia institucional y visión estratégica en los últimos meses.

Según denunciaron varios integrantes, la Antigua Orden Dominicana atraviesa un período de incertidumbre, caracterizado por decisiones unilaterales, una escasa convocatoria a los miembros y ausencia de planes concretos que fortalezcan el legado histórico y el impacto social de la organización. “No se trata solo de conservar tradiciones, sino de proyectarlas con propósito en el presente. Necesitamos un liderazgo con visión, no uno que improvise”, expresó uno de los miembros bajo condición de anonimato.

Los críticos insisten en que la gestión de Vásquez debe ser evaluada en función de resultados concretos, como programas educativos, actividades de formación cívica, y vínculos con la juventud, elementos que consideran abandonados. También reclaman mayor transparencia en el manejo de recursos y en las decisiones de nombramiento dentro de la estructura jerárquica de la orden. “Pedimos claridad, apertura y un verdadero compromiso con los principios fundacionales que nos dieron origen”, concluyeron.

Además, algunos miembros han cuestionado el excesivo personalismo en la conducción de la orden, señalando que las decisiones se toman sin la debida consulta a los órganos internos. “La Antigua Orden Dominicana no es propiedad de una persona. Es una institución con historia, valores y una comunidad que merece ser escuchada”, afirmaron. También expresaron preocupación por el distanciamiento con entidades académicas y sociales con las que antes se mantenían vínculos activos.

Ante este panorama, los miembros esperan que Angelo Vásquez convoque a una asamblea general extraordinaria donde se pueda discutir el futuro de la organización, revisar los estatutos y definir un plan de acción que devuelva dinamismo y credibilidad a la orden. “No pedimos confrontación, pedimos dirección”, subrayaron, dejando claro que aún hay tiempo para corregir el rumbo, siempre que haya voluntad y apertura al diálogo.