Un trágico accidente aéreo conmocionó este jueves a Corea del Sur, luego de que un avión de patrulla naval perteneciente a la Armada se estrellara en una zona montañosa cerca de la ciudad de Pohang, en el sureste del país. El siniestro dejó un saldo fatal de cuatro muertos, todos miembros de la tripulación.
Según informó la Armada surcoreana, el avión de patrulla naval tipo P-3C cayó aproximadamente seis minutos después de despegar, mientras realizaba maniobras de entrenamiento de despegue y aterrizaje. Testigos en la zona reportaron una gran columna de humo emergiendo del lugar del impacto, lo que activó de inmediato los protocolos de emergencia.
Las autoridades confirmaron que entre las víctimas se encontraban dos oficiales y dos suboficiales. Los cuerpos ya han sido localizados y están en proceso de recuperación. Equipos de rescate, bomberos y personal militar fueron desplegados al sitio para asistir en las labores de búsqueda y recolectar evidencia que ayude a esclarecer las causas del accidente.
Este hecho ocurre apenas meses después del peor desastre aéreo en la historia reciente del país, cuando un avión comercial de Jeju Air explotó tras un aterrizaje de emergencia. Aunque aún no se ha determinado qué provocó el accidente de este jueves, el incidente vuelve a poner bajo la lupa los protocolos de seguridad en operaciones aéreas militares.
Pohang, ubicada en la provincia de Gyeongsang del Norte, alberga importantes instalaciones militares y navales, lo que intensifica la atención sobre este nuevo episodio que enluta a la Armada surcoreana.
El avión P-3C Orion es una aeronave de patrullaje marítimo desarrollada originalmente por la empresa estadounidense Lockheed Martin para la Marina de los Estados Unidos. Diseñado principalmente para la guerra antisubmarina (ASW) durante la Guerra Fría, el P-3C está equipado con sensores acústicos, radares de vigilancia marítima, sistemas de detección electromagnética y la capacidad de lanzar torpedos, minas y misiles aire-superficie. Su autonomía de vuelo de más de 12 horas lo convierte en una herramienta ideal para misiones de vigilancia prolongadas sobre mar abierto.
Además de Estados Unidos, varios países aliados han adoptado el P-3C como parte clave de su defensa marítima, incluyendo Corea del Sur, Japón, Alemania, Canadá y Australia. La versión utilizada por Corea del Sur fue modernizada para incluir sistemas de navegación avanzados, comunicaciones mejoradas y capacidades de reconocimiento más precisas. El avión, aunque robusto y confiable, ya es considerado un modelo veterano, lo que ha impulsado en algunos países su reemplazo gradual por plataformas más modernas como el Boeing P-8 Poseidon.