La comunicadora Altagracia Salazar hizo este jueves un llamado urgente a la conciencia nacional al denunciar lo que describió como una “normalización de la violencia” en la sociedad dominicana, tras una seguidilla de crímenes atroces contra niños ocurridos en menos de diez días.

Desde su espacio “Sin Maquillaje”, transmitido desde Panamá, Salazar expresó su consternación ante la muerte violenta de tres niños de dos años a manos de figuras parentales, incluyendo una madre en La Romana que alegó oír voces, una madrastra en Pedro Brand y un padrastro en Cristo Rey cuya brutalidad fue documentada en un informe médico que detalla fracturas, moretones y muerte cerebral en el infante.

“Perdimos la capacidad de asombro sobre crímenes hace mucho tiempo”, lamentó la periodista. “Pero cuando en una semana matan tres niños de dos años en circunstancias similares, tiene que haber una reflexión. Y no solo de la sociedad en general, sino de sus líderes, que están callados frente a esto”.

Salazar relató que ha tenido acceso a la solicitud de medida de coerción contra el padrastro de Cristo Rey, documento que incluye imágenes del cuerpo del niño y declaraciones de la madre que confirman un patrón de maltrato.

A los infanticidios se suman otros hechos de violencia familiar recientes: un joven que asesinó a su padre en Salcedo, un exmilitar que mató a sus dos hermanos en Puerto Plata por una herencia y una hermana que apuñaló a otra en San Pedro de Macorís tras una disputa. “La violencia intrafamiliar no es excepción, es patrón”, afirmó.

La comunicadora también recordó que en 2023 se reportaron 70,000 denuncias por violencia de género en el país, lo que representa unas 192 querellas diarias. “Y ese es solo el registro oficial; no sabemos cuántas no llegan a las autoridades”, advirtió.

Citó además un informe de World Vision que indica que el 57% de los padres dominicanos usa violencia física como método de crianza. “¿Cómo no vamos a producir estos crímenes si educamos con golpes y silencios?”, cuestionó.

Salazar pidió a la sociedad “dejar de reírse” de la violencia cuando esta se manifiesta, como en el caso reciente de un conductor que arrollaba mujeres desde una camioneta, y que solo fue detenido tras viralizarse un video. “¿Cuánto odio, cuánto resentimiento cabe en alguien para hacer eso y que a otros les dé risa?”, preguntó.

Finalmente, denunció el silencio cómplice frente a organizaciones que promueven el odio, como la autodenominada “Orden Dominicana”, que convocó a una marcha en contra de un proyecto de ley que buscaba penalizar los discursos discriminatorios. “Marchan por su derecho a odiar”, expresó con ironía.

“Nos hemos convertido en un país que ve la violencia como parte de lo cotidiano. Y mientras sigamos creyendo que esto nunca nos va a tocar, seguiremos enterrando a nuestros hijos”, concluyó.