Santo Domingo, 30 de mayo de 2025 – En el Día de la Libertad, conmemorando el 64 aniversario del ajusticiamiento del dictador Rafael Leónidas Trujillo, la periodista Altagracia Salazar denunció en su programa Sin Maquillaje lo que calificó como un “trompo embollao” de corrupción, desorden institucional y prácticas propias del tigueraje dentro del sistema de justicia dominicano.

Salazar se refirió al reciente caso ocurrido en la avenida Duarte, donde un abogado vestido como fiscal y actuando en un operativo de Migración fue erróneamente identificado por medios como miembro del Ministerio Público. La Asociación de Fiscales desmintió su vinculación, generando preocupación sobre el uso indebido de autoridad en procedimientos públicos.

“No era fiscal ni del Ministerio Público, pero estaba ahí con corbata negra dando órdenes como si lo fuera. ¿Eso es legal o es simplemente tigueraje institucional?”, cuestionó la veterana periodista.

A esto se suma un segundo caso: el arresto en San Pedro de Macorís de María Elvira Ramírez, viuda de un empresario, por una supuesta orden de arresto que fue desautorizada posteriormente por la fiscal titular de Higüey. “La orden nunca fue emitida por esa fiscalía”, aclaró el Ministerio Público, dejando entrever serias fallas en la coordinación entre cuerpos policiales y fiscales.

Salazar también recordó el caso del dirigente Jesús Núñez “El Cañero”, arrestado por una orden del año 2008 sobre un caso que data de 1994. El arresto lo llevó por varios destacamentos donde los propios agentes se desentendían de su custodia, una muestra de lo que ella califica como “desorden y falta de institucionalidad”.

“En este país cualquiera puede ser arrestado por una orden inexistente, vieja o manipulada. Aquí cualquier cosa puede pasar, y eso no es justicia: eso es abuso del poder”, sentenció.

La periodista aprovechó la fecha histórica para reiterar que aunque la dictadura de Trujillo terminó hace décadas, la sombra del autoritarismo y la falta de institucionalidad aún persiste en prácticas cotidianas del Estado dominicano. “El sistema judicial avanza en algunos aspectos, pero todavía hay zonas grises donde reina la ilegalidad encubierta de legalidad.”

Su editorial concluyó con una advertencia: “O ponemos orden en la justicia o seguiremos cayendo presos por órdenes inventadas, como en los tiempos más oscuros de nuestra historia.”