Donald Trump ha comenzado a instalar en la narrativa mediática la posibilidad de una nueva aspiración presidencial en 2028, a pesar de la prohibición expresa de la Constitución estadounidense.
La Enmienda 22 de la Constitución de los Estados Unidos establece que ninguna persona puede ser elegida presidente más de dos veces. Sin embargo, en las últimas semanas, Trump ha insistido en la posibilidad de encontrar un mecanismo que le permita regresar a la Casa Blanca tras su actual mandato. Este debate ha generado intensas discusiones entre expertos constitucionalistas y figuras políticas.
Según analistas, Trump está utilizando una estrategia de presión similar a la de un jugador de póker, un juego del cual es conocido aficionado. La agresividad en la toma de decisiones y la capacidad de influir en la opinión pública forman parte de su estilo político.
Uno de los escenarios que se discute es la posibilidad de que un candidato republicano lo postule como vicepresidente, para luego renunciar y permitir que Trump asuma la presidencia, emulando lo que ocurrió en Rusia con Vladímir Putin y Dmitri Medvédev. No obstante, la Enmienda 12 también prohíbe que una persona inhabilitada para ser presidente pueda ocupar la vicepresidencia.
Mientras el Partido Republicano evalúa cómo gestionar esta situación, el Partido Demócrata también enfrenta desafíos internos y la necesidad de renovar su liderazgo de cara a futuros comicios. Algunas figuras como el gobernador de California, Gavin Newsom, han sido mencionadas como posibles contendientes.
Por otro lado, el expresidente del gobierno español, Felipe González, ha criticado duramente a Trump, calificándolo como un “mercachifle” y asegurando que su política exterior podría llevar a la ruina a Estados Unidos, debilitando su rol de liderazgo global y favoreciendo el ascenso de China como principal potencia mundial.
El panorama político estadounidense sigue en constante evolución, y aunque las probabilidades de una nueva candidatura de Trump en 2028 sean mínimas bajo el marco legal actual, su capacidad para generar debates y desafiar las normas establecidas mantiene en vilo tanto a sus seguidores como a sus detractores.